“Cristo en el poder”: los ejes de campaña del Bolsonaro peruano
Paulo Barrera
Tres aspectos fundamentales del suceso de Bolsonaro entre los evangélicos se repiten, con asombrosa semejanza, en la actual campaña de Rafael López Aliaga (RLA): alianza estratégica con las FF AA y policiales, el imaginario mesiánico del candidato cristiano, y la virulencia contra la izquierda “caviar”. Hay otras semejanzas (que aquí no analizamos) como: la renuencia a participar en debates públicos, la maciza inversión privada de campaña en las redes, la entrevistas sólo en canales de TV de propiedad de la propia derecha y el discurso directo y superficial, la familia real de ambos está lejos de representar el modelo ideal de familia cristiana (Bolsonaro se ha casado tres veces y RLA es célibe enamorado de la Virgen Maria) etc.
RECUPERAR LA HONRA DE LAS FF AA Y POLICIALES
En Brasil las FFAA han ido acumulando un creciente resentimiento hacia la sociedad cuya conciencia de las atrocidades de la dictadura (de los años 60, 70 y parte de los 80) fue creciendo, inevitablemente, en la historia enseñada en la escuela, la universidad, la producción científica y la reflexión generalizada sobre la democracia post-dictadura. La democracia fue suficientemente robusta para imponerse al punto de dar la apariencia de que el factor militar era cosa del pasado. Bolsonaro despertó y atizó el resentimiento de una clase militar que había estado cultivando otra historia, en los cuarteles, sobre el lugar de las FF AA en el devenir del país: sería una injusticia llamarlos de dictadura, culparlos de tortura y asesinato. El aspecto más importante de esa injusta lectura estaría en no reconocerle su papel fundamental en la salvación del país de las garras funestas del comunismo. No hace falta recordar aquí que está suficientemente demostrado que no había, en los años 60, posibilidad alguna de que la izquierda tomase el poder. Sí interesa destacar la alianza estratégica que Bolsonaro construyó con la clase militar apoyada en un discurso de recuperación de la honra manchada de la dictadura.
Como es conocido, Bolsonaro ha sido militar, Capitán del Ejército. Rafael López también lo es. Quien leyó Mitad monjes mitad soldados (Pedro Salinas,) lo entiende perfectamente. Les debe obediencia irrestricta a órdenes superiores. El papel de militares en el gobierno de Bolsonaro ha ido creciendo al punto de ser hoy la mayoría en el Consejo de Ministros e inclusive con militares activos y sin ninguna formación para el cargo. El actual Ministro de Salud del gobierno Bolsonaro es el General Pazuelo que no tiene estudios en el área de salud. Otros dos ministros que eran médicos fueron obligados a renunciar porque no estaban de acuerdo con la postura anti ciencia y negacionista de Bolsonaro respecto a la Pandemia. RLA tiene en su lista de candidatos, por lo menos, a dos destacados militares. El almirante Jorge Carlos Montoya Manrique es el número 1 en la lista por Lima al Congreso y también es candidato a la segunda Vice-presidencia. RLA imita a Bolsonaro cuyo vicepresidente es el General en retiro Hamilton Mourão. De la actual campaña de Montoya hay que destacar tres elementos perfectamente alineados con el proyecto político e ideológico de Renovación Popular (RP). Considera que las FF AA están sobre el presidente de la República, es un luchador contra el comunismo resignificado en el término “caviarismo” (de amplio uso en la campaña) y se declara pro-vida y pro-familia.
Las últimas dos características las analizamos más adelante. La visión de Montoya sobre el lugar de las FF AA en la sociedad peruana es contraria a la democracia. En entrevista al programa semanal “Edición Especial” (dirigido por Diego Acuña en el canal Willax) afirmó que “Sagasti le debe respeto a las FFAA y no las FFAA a Sagasti”. Esa declaración es una excelente síntesis de cómo entiende su papel como político fuertemente matizado por una mentalidad militar.
Las FFAA tendrían la solución para diversos problemas del país, inmediatos y mediatos. Por ejemplo, para una gestión vertical de la vacunación que el Estado no sería capaz de hacerlo; para devolverle el orden perdido al país, o para eliminar definitivamente la inseguridad social reabriendo cárceles para cadena perpetua por diversos delitos. En el fondo el poder político se sustenta, para Montoya, en las FF AA. Es una negación de la Democracia porque el poder (político) del pueblo deja de ser soberano. Hay, en su perspectiva, otra entidad superior que garantiza el orden social.
“VAMOS A PONER A CRISTO EN EL PODER”
En las elecciones de 2018 Bolsonaro construyó una alianza estratégica con los sectores evangélicos más conservadores. La ultraderecha brasileña que se constituye y llega al poder es al mismo tiempo política y religiosa. Actúa al mismo tiempo en la política como en la religión, lo que hace su estudio más complejo. De hecho, los estudios sobre el fenómeno exigen perspectivas simultáneas del campo del Derecho, la Ciencia Política y de los Estudios de Religión (Véase Biroli, Machado y Vaggione, Gênero, neoconservadorismo e democracia, 2020) En el gobierno Bolsonaro ocupan cargos importantes inclusive en los Ministerios. El caso más emblemático es el de la Pastora Damares Alves que ocupa el cargo de ministra de la Mujer. La alianza con Bolsonaro les ha rendido importantes beneficios en exoneraciones fiscales, entre otras. Bolsonaro ha abandonado cualquier postura laica como representante del poder político y, más precisamente, se considera un cristiano que ha llegado al poder gracias a Dios. A pesar de sus límites la laicidad del Estado es un aspecto muy importante en las democracias latinoamericanas. Ese principio es violado constantemente por Bolsonaro que pauta su acción en la siguiente afirmación: “El Estado puede ser laico, pero yo soy cristiano”.
El 25 de febrero último el “Bolsonaro peruano” (Rafael López Aliaga) tuvo una reunión, en la ciudad de Trujillo, con la “Fraternidad de Pastores”. El vídeo circula en diversas páginas del Facebook de pastores https://www.facebook.com/RafaelLopezAliagaOficial/videos/742858146617827. El video de la reunión realizada en un lujoso hotel deja claro su estrategia política religiosa y la receptividad de sus ideas y propuestas de parte de los pastores evangélicos presentes. Los presentes vestían camisetas celestes del partido Renovación Popular (RP). “El color celeste es porque el mundo pro-vida tiene una ideología pro-vida y pro-familia que respeta la concepción” afirma RLA. Comunica a la audiencia que “Julio Rosas y Christian Rosas son mis amigos”. Acto seguido afirma “no me interesa si es católico o evangélico, la condición para ser de RP es ser pro-vida, pro-familia y creer en Dios”. Es ante ese auditorio que RLA afirma “Vamos a poner a Cristo en el poder y los comunistas tiemblan”, arrancando eufóricos aplausos de los pastores. Su discurso es virulento contra “aborteros asesinos, ONGs aborteras como Flora Tristán y Manuela Ramos. Las vamos a investigar por delitos contra la vida”. Afirma que “ONGs aborteras anti familia están en el gobierno protegidas por una ley que vamos a derogarla”. Luego viene el pedido “Les pido su apoyo señores pastores, dirigentes evangélicos”, que no es gratuito.
Como contrapartida al apoyo RLA ofrece dos cosas a la “Fraternidad de Pastores”. La primera: “vamos a incorporar una secretaría de asuntos cristianos. Ustedes nominan a alguien aquí. Es importante que ustedes se involucren. Luego tendremos otras elecciones”. No queda claro si es una secretaria del partido o del posible gobierno. En todo caso está clara la agenda en común. La otra oferta es una explícita promesa de exoneración de impuestos: “Vamos a sanear física y legalmente a las iglesias”. El argumento para fundamentar tal propuesta es el siguiente: “Todo centro para conectarse con Dios tiene que tener el apoyo del Estado. Tú no puedes desconocer lo que es la llegada a Dios, que es lo que quiere el gobierno marxista”. El candidato concluye con una afirmación de que su gobierno es “una entrega a Dios, a la patria y a las familias peruanas”.
La información de campaña de dos pastores candidatos en la lista de RP permiten explicar cuál es la expectativa de los evangélicos hacia el eventual gobierno de RLA. Nos referimos al Pastor Pablo Lazo, candidato número 2 por Ucayali y a la Pastora Milagros Aguayo candidata número 2 por Lima. En su página de Facebook Lazo divulga los siguientes mensajes: “Quiero un gobierno que no sea enemigo de Dios. Rafael López Aliaga es la voz”; “Cuando un pueblo es gobernado por líderes que tienen temor de Dios, Dios traerá salud y bienestar a su pueblo”. Los dos mensajes tienen un tinte mesiánico (subrayamos las palabras en negrito) respecto a la candidatura de RLA. Sutil el primero y explícito el segundo. Dos mensajes en la página de la pastora Aguayo remiten a la idea de candidato predestinado y a la de “Dios sobre todo”. Aguayo dice reproduciendo a RLA: “He asumido esta responsabilidad que me saca de mi zona de confort por amor al prójimo y sobre todo porque Dios así lo ha ido marcando” y “Rafael ha sabido poner a Dios en el centro de su vida y trabajo”.
La campaña de Lazo manifiesta una violencia “divina”, del bien contra el mal, necesaria por el supuesto mal que debe ser combatido: “Rafael López Aliaga: la ideología de género va a ser exterminada”; “Somos el único partido integralmente pro-vida”. Lazo está en plena sintonía con RLA cuando afirma: “un caviar odia a las iglesias, a las fuerzas armadas y a la empresa privada”. Es imposible no tomar en cuenta que el exterminio del enemigo (socialismo, “petrallada”, “izquierdopata” en Brasil) ha sido idea central del gobierno de Bolsonaro. Absolutamente antidemocrática y muy cerca a la mentalidad fascista, porque ve en sus adversarios políticos no adversarios y sí enemigos a eliminar.
LA “CAVIARADA” HA DESTRUIDO AL PAÍS
El virulento discurso antipetista de Bolsonaro tuvo éxito y arrastró el voto del centro y derecha. Al transformarse en la única carta viable de las élites políticas y económicas del país ese candidato, sustentado en fuerte campaña en las redes amplificó la idea de que el PT había destruido moralmente el país. La “izquierda” en Brasil gobernó el país por 14 años, pero en el Perú no ha habido gobierno de izquierda. En las últimas campañas candidatos y candidatas de izquierda han sido derrotado en elecciones u obligados a cambiar radicalmente su orientación en plena campaña electoral. Cómo se sustentaría entonces una estrategia de campaña antiizquierdista en el Perú. Diversos candidatos de la derecha utilizan semejante estrategia, por ejemplo, Keiko Fujimori se refiere a la “izquierda radical” o la “extrema izquierda”. Sin embargo, a 30 años de la derrota del terrorismo el “terruqueo” ya no tiene el mismo efecto e inclusive resulta poco elegante y hasta desleal utilizarlo en campaña. Recientemente, Verónika Mendoza reclamó al candidato Lescano que había afirmado, irresponsablemente ante la prensa, que en Juntos por el Perú “el poder nace del fusil” y Lescano no ha vuelto a hacerlo. RLA y sus candidatos usan estratégicamente la expresión “el caviarismo” como explicación simplificadora de todos los males del país, pero especial atención le dan a un supuesto daño moral a la sociedad. Es la lucha contra la “caviarada”, que se habría instalado en todas las instituciones sociales, políticas y educativas, lo que moviliza sectores de las fuerzas armadas, policiales y religiosas. El pánico moral tiene un peso diferenciado en la mentalidad evangélica, especialmente cuando vinculado a la sexualidad. Un recurso usado con enorme eficacia en la campaña de Bolsonaro fue el supuesto “kit gay” para “homosexualizar a los niños”. Curiosamente, en la reunión con la “Fraternidad de Pastores” RLA acusó al Ministerio de Educación de usar “El Caperucito Rojo” (supuesto material escolar) para “homosexualizar a niños de 4 años”. Responsable por tal depravación sería el “caviarismo” instalado en toda la sociedad peruana y en las instituciones del Estado.
El número 9 en la lista de candidatos al Congreso de RP es el Almirante en retiro José Ernesto Cueto Aservi. Después del propio RLA Cueto es el candidato más virulento en la campaña. De manera semejante a Montoya éste también reivindica la necesidad de devolverle su lugar a las FF AA, pero para Cueto ese problema está estrechamente vinculado al efecto nocivo que la “caviarada” habría causado al país. Considera que las “FF AA han sido maltratadas, mancilladas y humilladas” desde el año 2001. Recuérdese que es el año que se cae el fujimorato con la huida de Alberto Fujimori al Japón. La comprensión que Cueto tiene de la situación actual de la sociedad peruana se refleja en las siguientes ideas vertidas en entrevistas diversas de su campaña: la ideología caviar ha destruido los valores, se ha infiltrado en diversos espacios hasta controlar la educación y la “ideología de género” debe ser totalmente eliminada.
Cueto no reconoce el trabajo de la Comisión de la Verdad porque mancha la honra de las FF AA y policiales. Extiende su reivindicación a la policía cuyas acciones deberían recibir un resguardo político y jurídico. “Hay que devolverle la autoridad a la policía”, la misma que “no puede ser acusada después de actuar para poner orden”. En las acciones policiales no se puede usar el “principio de proporcionalidad” porque es la causa del desorden y falta de autoridad. Propone al mismo tiempo la pena de muerte para corruptos y violadores, la instrucción pré-militar en los colegios y armar mejor al país. Esta última propuesta la defiende con el argumento de que “de los 10 conflictos armados que ha tenido el Perú no ha iniciado ninguno. Siempre ha sido reactivo”. Finalmente, Cueto incluye en su discurso de campaña su rechazo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos porque considera que “ha sido nefasta para el país”.
Es muy curiosa la semejanza con el discurso de Bolsonaro. Es posible afirmar que, por lo menos, Bolsonaro es una inspiración para RLA. Éste tenía como uno de sus ejes de campaña (y después de gobierno) la necesidad de “eliminar” a la izquierda por el bien del futuro de la nación. Al mismo tiempo proponía el “excludente de licitude”, es decir, restringir las leyes para los civiles quedando la policía exonerada de rendir cuentas por sus actos. Los actos de la policía deberían, en esa perspectiva, estar exoneradas de cualquier acusación o juicio. Bolsonaro se refiere a ese proyecto como una “retaguardia jurídica” para los verdaderos héroes de la patria. Es necesario notar que Montoya y Cueto están en perfecta sintonía con el discurso de campaña de RLA que propone que la policía debe ser juzgada sólo en el fuero militar y no más en el fuero civil. En otra edición del programa “Edición Especial” RLA afirmó “mi propuesta es pena de muerte para corrupción y violadores, pero hasta cadena perpetua llego porque tengo gente evangélica muy fuerte. La mitad de mis números 1 de candidatos al Congreso es evangélica”.
“Poner a Cristo en el poder” es la versión peruana de un proyecto político de ultraderecha que, peligrosamente, se va configurando con evidentes tintes neofascistas. Combinación de revanchismo militar, pésima teología cristiana y oscuros intereses políticos y económicos de las élites del país. El escenario está armado, desafiando al mismo tiempo la lucidez del campo progresista cristiano y los más preciados valores de la Democracia.