¿Y el “milagro” boliviano II?
A raíz de la publicación del Infodiario: ¿Y el “milagro” boliviano?, salieron a relucir un conjunto de dudas y/ o comentarios con respecto a indicadores económico-sociales de la economía boliviana.
A continuación pasamos a revisar dichos indicadores, centrándonos en las variables: pobreza y desigualdad.
POBREZA
De acuerdo a la Unidad de Análisis de las Políticas Sociales y Económicas (UDAPE) de Bolivia, la pobreza monetaria de dicho país en 2008 ascendió al 59.3% del total de la población, una de las más altas de la región. Sin embargo, si revisamos la evolución de la pobreza en los últimos años se puede observar una clara, aunque suave tendencia decreciente (ver cuadro). Pero, ¿Cuáles han sido los factores subyacentes detrás de esta reducción de la pobreza en Bolivia?
Para intentar responder a dicha interrogante, hemos revisado el Panorama Social de América Latina 2009 publicado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL). En este documento se analiza el impacto del crecimiento económico y de la distribución de los recursos en el resultado de la pobreza¹ para los países de América Latina en intervalos que datan desde 1989 hasta 2008. De acuerdo a la CEPAL, Bolivia junto a Uruguay y Venezuela son los países donde la distribución tuvo un rol relevante en el resultado de pobreza. En el caso específico de Bolivia, la distribución de recursos tuvo un aporte del 40% en el total de la reducción de la pobreza.
Cuadro: Pobreza e índice de Ginni en Bolivia
Fuente: UDAPE.
Elaboración: Otra Mirada.
DESIGUALDAD
De acuerdo a la UDAPE, al igual que la pobreza, la desigualdad² en Bolivia muestra una tendencia decreciente (ver cuadro). Una hipótesis es que el fuerte protagonismo de la distribución en la reducción de la pobreza sea una de las causas de la reducción en la desigualdad económica en Bolivia. Así pues, Bolivia ha experimentado una reducción de la pobreza de la mano con una reducción en la desigualdad.
Por otro lado, un factor clave para la reducción de pobreza y desigualdad ha sido que en los últimos años los programas sociales en Bolivia han experimentado un fuerte impulso (en mayo de 2009 se incorporó el Bono Juana Azurduy³) debido a la disponibilidad de recursos fiscales por parte del Gobierno y a la independencia en las decisiones de política económica boliviana, con respecto a los programas de cooperación internacional que en años anteriores tenían una alta injerencia en las decisiones de política económica.
Finalmente, al igual que en el caso peruano la pobreza y desigualdad en Bolivia se sostienen en factores estructurales, como la herencia y la tradición que para ser revertidas requieren de una propuesta de política económica alternativa, pero a la vez coherente con su sostenibilidad en el tiempo.
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