¿Quo vadis Cancillería?
Redacción OtraMirada
La Cancillería acaba de incurrir en una nueva actitud desconcertante y que no corresponde a la seriedad que debe mantener una de las instituciones más importantes del Estado peruano, con una imagen construida por el esfuerzo y el talento de generaciones de profesionales de la diplomacia que han hecho de Torre Tagle objeto de respeto internacional.
Primero nos sorprendió con un mensaje de Twitter obviamente motivado por los expresidentes de Bolivia, Evo Morales, y José Mujica, de Uruguay, por sus entusiastas declaraciones de saludo al triunfo de Pedro Castillo en la primera vuelta electoral del 11 de abril, evidentemente por afinidades políticas, que motivaron una iracunda reacción de la candidata Keiko Fujimori.
A los entendidos en los usos de la diplomacia y a más de un funcionario de Torre Tagle les pareció extraño y producto más bien de decisiones políticas ajenas a la Cancillería, el tuit que expresaba “su preocupación porque personas extranjeras están opinando sobre las elecciones en el Perú; en una clara intromisión en asuntos internos”.
Y no era normal porque una reacción de ese tipo se aplica a un gobierno extranjero o uno de sus miembros que ha hecho comentarios sobre asuntos internos de otro, y no es usual que se plantee cuando se trata de dos personas que, por más importancia que tengan, son estrictamente ciudadanos con derecho a opinar sobre lo que sucede en China, Tanzania o el Perú.
Según la lógica del comunicado de la Cancillería, podrían llovernos reclamos similares de otros países por los improperios que lanza, por ejemplo, el fujimorista Luis Galarreta contra gobiernos ajenos a sus posiciones de extrema derecha o las duras críticas de periodistas y políticos progresistas peruanos al inefable Jair Bolsonaro.
Pero lo que desconcierta aún más es la tibia reacción de Torre Tagle ante los comentarios del presidente de Ecuador, Lenin Moreno, sobre el proceso de la segunda vuelta electoral del Perú, permitiéndose criticar al Pedro Castillo y hasta decir que le preocupa el futuro de nuestro país si ganara el maestro rural del lápiz.
En este caso sí, cualquier gobierno que se respete debe manifestarse tajantemente y rechazar la intromisión de un gobernante extranjero en los asuntos internos del Perú, pero la Cancillería se ha limitado a responder con un simple tuit, sin mencionar siquiera a la descomedida actitud de Moreno, en un texto igual al que, erradamente, divulgó tras los comentarios de Evo Morales y José Mujica.