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Las familias se han convertido, para ciertos sectores, en responsables de lo que por obligación le toca al Estado. El pedido de Monseñor Cipriani a que sean las familias las que se enfrenten al poderío económico de la propaganda de la comida chatarra no es el único caso, también lo es la educación sexual y el acceso de los y las adolescentes mayores de 14 años a los servicios de salud sexual y reproductiva, asunto que viene siendo discutido en el Art. 27 del Proyecto del Código del Niño, Niña y Adolescente.