La votación del parlamento regional catalán, el pasado 9 de noviembre, para iniciar un proceso hacia la creación de un Estado propio, ha abierto un nuevo frente de crisis en España, uno de los países europeos más golpeados por los efectos de la crisis económica iniciada en el 2008. La resolución aprobada prevé que en un plazo corto se preparen las bases para una futura constitución catalana, y, además, se afirma que este proceso de desconexión democrática y soberana desconocerá las decisiones del Estado español.