Germán Vargas Farías
Con un ministro de Economía que ha cedido el manejo técnico de la economía, un ministro de Relaciones Exteriores extremista que entiende por soberanía callarse ante la arbitrariedad, un ministro de Educación que cree que la violación sexual de niñas y niños es una práctica cultural, y un primer ministro que asegura que todo está bien y, por tanto, no hay necesidad de hacer cambios de ministros, lo que se anuncia es nada.