Baldo Kresalja
En un país con niños anémicos, y con servicios médicos deplorables, resulta un despilfarro inútil gastar millones para algo que dejará solo huellas pasajeras, y que no servirá para hacer comprender el inmenso esfuerzo que debe realizarse para formar el carácter necesario que permita afrontar con éxito los retos que nos plantea cualquier actividad competitiva.