San Marcos: nudo de inquietudes*
Zenón Depaz
El 28 de octubre de 1993, un día antes del referéndum para aprobar la constitución fujimorista, Abimael Guzmán y los miembros en prisión de la Dirección Nacional del PCP- SL, le otorgaban un decisivo respaldo al aparecer en la televisión elogiando a Fujimori, y proclamando el fin de la guerra y la necesidad de un acuerdo de paz.Tras ello, un sector de militantes de SL rompió con Guzmán y siguió, por su cuenta, las acciones armadas; son quienes ahora actúan en el VRAEM. Guzmán continuó sus conversaciones con Montesinos, desmovilizó a sus militantes y se prestó a proyectos comunes con la mafia fujimorista. En las universidades intervenidas militarmente, reconocidos voceros del senderismo colaboraron con las comisiones interventoras. En San Marcos, aportaron a ello importantes operadores políticos, como funcionarios y desde el sindicato de docentes.
Terminada la intervención militar, en San Marcos se eligió como rector al historiador Manuel Burga Díaz. Su gestión proyectó un neto deslinde con los operadores de SL y otros que le eran afines, identificándolos como funcionales a la mediocridad académica y la corrupción, dado el carácter clientelista y corporativo de su accionar político, que instrumentaliza la universidad para el logro de sus intereses partidarios. SL nunca perdonó esto a Burga. Hábiles en la práctica de la “liquidación” política, sostuvieron contra él una sistemática campaña de difamación.
Al cabo de la gestión de Burga, por errores tácticos de su bloque docente se eligió como rector a Luis Izquierdo. Con él San Marcos inició un declive, quedando presa de una red de clientelaje y corrupción, sobre la base de la mercenarización de la representación estudiantil que lo eligió con activa participación de sectores afines a SL. Con ello, SL tomó el control del comedor y la vivienda estudiantil. El actual rector, Pedro Cotillo, que sucedió a Izquierdo tras la denuncia de un fraude electoral contra la oposición docente, había dirigido el sector docente (FUSM) que sostuvo a Izquierdo. Hace casi tres años, ese sector, en clara alianza con SL, rompió la institucionalidad de San Marcos desconociendo a varios decanos legítimamente elegidos y poniendo en su reemplazo otros que continúan hasta hoy.
La convivencia con SL se quebró abruptamente cuando éstos decidieron presionar por mayores espacios de poder. Cotillo hizo aprobar un reglamento disciplinario; SL tomó el rectorado; aquél los mencionó públicamente; la prensa, siempre ávida de cualquier referencia a SL, puso los reflectores; y Cotillo, urgido de respaldo ante graves denuncias al interior de San marcos, decidió presentarse ante la prensa y los poderes del Estado como enemigo de SL. No obstante, importantes funcionarios suyos tienen una trayectoria que hace más que dudosa la consistencia de tal enemistad. En ese contexto, hace dos meses, Cotillo decidió otorgar la “Medalla de Honor Sanmarquina” en el Grado de Gran oficial, por los servicios prestados a la nación y a San Marcos a 13 congresistas, entre ellos 5 fujimoristas, uno de ellos, Néstor Valqui, acusado de proxenetismo.
Será por todo ello que los alumnos y docentes que hacen activa oposición política a SL en San Marcos, también se oponen frontalmente a Cotillo. Denuncian como problema central al interior de San Marcos, la quiebra institucional, la falta de transparencia y el deterioro académico –condiciones que favorecen el accionar senderista-, y exigen una reforma de la universidad que pase, entre otras cosas, por sanear la representación política de las universidades públicas, mediante la elección de nuevas autoridades por voto universal y directo de la comunidad universitaria.
Ciertamente, en la primera universidad pública del Perú hay una batalla política contra SL, pero los actores de ella no son precisamente los que la prensa y los funcionarios mal informados (cuándo no) del gobierno enfocan, ni el modo de favorecer su derrota es la criminalización de las demandas de cambio; pasa más bien por introducir hondas reformas en la universidad, sin lo cual tampoco puede haber un real impulso del conjunto del sistema educativo nacional.
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