Elmer Huerta
La basura sigue en la calle, los baños públicos siguen sucios, y las mujeres que quieren usar estos servicios higiénicos tienen que aguantar hasta llegar a sus casas. Los hombres que entran al baño sucio orinan en el suelo, y los niños salen de estos con la idea de que la suciedad es normal en el Perú. ¿Podrá el país cambiar esa realidad? ¿Tendremos algún día un gobernante que ice la bandera de la salubridad como política de Estado y motor del desarrollo?