Gonzalo García Núñez
Ante este dilema y agotadas las alternativas, solo cabe volver al origen, al respetable y soberano. Y como el documento del 93 (Alberto Bórea) no da más, en lugar de continuar con parches y remiendos, convendría aprestarse para elaborar una nueva Constitución que debiera someterse a la decisión de la ciudadanía.