El hecho es conocido. Seis congresistas integran el “Grupo de Trabajo de Evaluación de la Política de Derechos Humanos”. El pasado jueves 31 de octubre, con la asistencia de 3 de sus integrantes, Martha Chávez fue elegida coordinadora de este grupo de trabajo. La propuesta la hizo su compañero de bancada, Julio Rosas, quien con su voto, sumado con el de Heriberto Benítez (Solidaridad Nacional) y el de la misma Martha Chávez (Fuerza Popular) se burlaron, por decir lo menos, de los avances que en materia de derechos humanos hemos realizado en el Perú.

El hecho es vergonzoso, sin duda, pero también alarmante. El grupo que ahora Martha Chávez coordina, se encarga nada menos que del seguimiento y aprobación de la respuesta que el Estado peruano proyecte ante las denuncias y demandas que se presenten ante organismos internacionales. Esos organismos internacionales contra los cuales esta parlamentaria se ha manifestado en reiteradas ocasiones. Basta recordar, por ejemplo, sus declaraciones a favor de que nos apartáramos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Este grupo, además, velará por la implementación de protección de los derechos humanos de los peruanos en el exterior.

La pregunta aparece de inmediato ¿cómo una persona que ha demostrado sistemáticamente desprecio por la concepción de los derechos humanos y la defensa de los mismos puede ahora representarlos? ¿Puede acaso representar aquello en lo que no cree, o, peor aún, aquello que parece generarle tanta repulsión? Recordemos que para Chávez, en lo que parece un mundo paralelo gobernado por la negación y la amnesia, han habido actos de autosecuestro (estudiantes de la Universidad Cantuta) y autotortura (Leonor la Rosa), en lugar de responsables. Y aquí no se trata de opiniones encontradas, sino de responsabilidades probadas por el Poder Judicial de nuestro país. El líder que esta congresista defiende es un ex presidente que cumple condena por delitos cometidos contra los derechos humanos. Una sentencia histórica y memorable que es manchada con un nombramiento como este.

Por si fuera poco, desde que Chávez asumió su rol como coordinadora no ha hecho sino responder con el mismo desdén al que nos tiene acostumbrados contra los críticos que, lógicamente, se encuentran preocupados por esta situación. Es así que ha arremetido ahora contra las ONG defensoras de derechos humanos diciendo que es un halago que estas instituciones la ataquen.

De otro lado, luego de la lluvia de críticas, Heriberto Benítez se ha apurado en señalar que no pensó que la actitud de Chávez sería así de provocadora luego de ser elegida coordinadora. Sin embargo, esto no hace sino demostrar una intención por lavarse las manos tras la elección en la cual él fue partícipe ya que, dado los innumerables precedentes, creer que Martha Chávez actuaría de manera respetuosa con los DDHH es de una ingenuidad tremenda.

Finalmente, se espera que desde el Ejecutivo se diga algo al respecto. Tenemos un nuevo premier que ante este tema debería pronunciarse. La coincidencia entre estos eventos puede ser sólo eso, pero avalar este nombramiento con el silencio resulta negativo para quien recién se ha colocado el fajín.  Confiamos, sin embargo, mucho más en la ciudadanía organizada espontáneamente que han convocado a un plantón contra este hecho para hoy a las 5pm. No somos un país amnésico y eso hay que demostrarlo.