El actual gobierno aprista sigue ensañándose con los pueblos amazónicos, pues los consideran “culpables” del terremoto político causado por el Baguazo, cuyo efecto inmediato fue la caída del gabinete presidido por Yehude Simon.

Por eso, no se cansa de perseguir a sus líderes.Pero, en este vano intento, lo único que consigue es obstaculizar el diálogo que tanto exigimos todos los peruanos.

Luego de los sucesos del 5 de junio pasado, el gobierno denunció a los líderes indígenas Alberto Pizango, los hermanos Saúl y Servando Puerta, Marcial Mudarra y Teresita Antazú por los delitos de sedición y motín en agravio del Estado. Ante esta situación, Pizango y los hermanos Puerta se asilaron en Nicaragua, mientras que Mudarra y Antazú optaron por quedarse en el país, pero viviendo en la clandestinidad. Lamentablemente, este terrible error ha llegado al extremo, con la solicitud del 37º Juzgado Penal de Lima ordenando la captura internacional de los líderes.

Pero, ¿qué busca el gobierno con la posible extradición de estos líderes si por otro lado “dice” impulsar las mesas de diálogo? En primer lugar, busca debilitar el papel que viene ocupando AIDESEP, cuyos representantes no solo vienen asistiendo a las mesas de trabajo, sino que además son quienes más presionan porque se conforme la comisión evaluadora de los sucesos de Bagua. Por eso, y a pesar de criminalizar a Alberto Pizango y los demás líderes perseguidos de AIDESEP, las comunidades nativas los siguen considerando sus representantes legítimos ante cualquier negociación.

En segundo lugar, el gobierno busca entorpecer una investigación imparcial sobre los hechos de Bagua, pues se pondría al descubierto la responsabilidad penal de la ex ministra aprista Mercedes Cabanillas. Para el abogado Carlos Rivera del Instituto de Defensa Legal (IDL), Cabanillas actuó con negligencia al no haber tomado en cuenta informes de inteligencia para lograr el control social de la zona antes del operativo policial, por eso, debería ser denunciada por el delito de homicidio culposo¹.

Hoy, cuando se reúna el Grupo Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Amazónicos², la situación podría complicarse por el doble discurso al que juega el gobierno, pues si bien hay algunos avances en las mesas de trabajo, se continúan persiguiendo a los líderes amazónicos, buscando hartarlos para que pateen el tablero del diálogo. Entonces, ¿realmente quiere el gobierno dialogar con los pueblos amazónicos?

¹ La Primera, 31/08/09, p. 6
² La Primera, 01/09/09, p. 6