Felipe Mac Gregor y la cultura de paz

Por: 

Rudecindo Vega Carreazo

Este 2 de octubre se cumplieron 20 años del viaje a la eternidad del RP Felipe Mac Gregor SJ, el ex rector de la PUCP y de la Universidad de la Naciones Unidas, el creador del concepto “Cultura de Paz”, universalizado por la UNESCO y consagrado en una Declaración Universal de la ONU. Una pena que en el Perú poco se conozca y se le reconozca ese logro tan universalmente valioso, ojalá pueda ser retomado y valorado hoy en una crisis de violencia, inseguridad y crimen tan larga como profunda. Ojalá la PUCP, que le debe tanto su desarrollo e institucionalización, pueda impulsar un proyecto permanente de ese tipo.

Fui estudiante PUCP cuando el ya no era Rector, pero su imagen era de vigencia y admiración, lejano e inalcanzable para un estudiante barrioaltino y pueblerino (mi Camporredondo) como yo. Sin querer queriendo, gracias a mi maestro Marcial Rubio Correa (ex rector PUCP también) tuve la dicha y el honor de trabajar 12 años con él, primero en la Asociación Peruana de Estudios para la Paz (APEP) y luego en TRANSPARENCIA. Tengo cientos de enseñanzas, anécdotas, lecciones de vida tan simples como profundas.

Gracias a su generosidad y la de Marcial compartí con ellos, en la APEP, el equipo central de las investigaciones multidisciplinarias sobre “Violencia estructural en el Perú” (para mi fueron maestría y doctorado sin título juntos), “Violencia en la Región Andina: Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela” (otra maestría y doctorado sobre realidad latinoamericana) y; la investigación sobre Narcotráfico y Cocaína que elaboró propuestas desde Perú, Bolivia y Colombia que se presentaron en la cumbre de los presidentes Barco, Alan García y Paz Zamora con Bush padre en 1990 (otra maestría especializada). Entre el 88 y el 92 conocí otra preocupación suya, poco desarrollada, el concepto de “Seguridad Humana”, él decía, adelantado siempre, que era uno de los grandes problemas que el mundo enfrentaría las próximas décadas, imaginen cuan valiosos serían sus consejos en épocas como la actual donde reina la inseguridad, violencia y crimen por todo lado. El padre Felipe se movía con una facilidad increíble en ese mundo de influir en la toma de decisiones para las causas dignas. Fui muy feliz, corriendo de mi casa en SMP a la PUCP en Pueblo Libre, luego al Colegio Inmaculada en Surco (donde también era Rector y residía) y la Universidad del Pacífico en Jesús María donde presidía el Instituto para la Paz.

En TRANSPARENCIA fue igual de valioso y maravilloso, conocí más de cerca su amor por el Perú y el futuro del Perú, su vocación por los derechos humanos y la democracia; para aprovechar su prestigio, fue invitado por Fujimori para crear y presidir el Alto Comisionado de Derechos Humanos, lo rechazo en el acto y delante de los ministros y los presidentes del PJ y MP señalando que esas funciones ya estaban en esos organismos constitucionales. También recuerdo, porque lo acompañe, a un evento organizado por el controlado JNE del fujimorismo en 1999, en el que el ponente central y homenajeado era él como miembro de TRASPARENCIA; ante el pleno del JNE, políticos, autoridades judiciales, fiscales, del congreso y del ejecutivo, su conferencia se centró en la autonomía e independencia del JNE, el rol del estado de derecho y la defensa de la democracia y porque el poder electoral no podía ser manipulado por el gobierno; soberbia clase magistral, fui testigo presencial, salimos juntos, esta vez solos, sin protocolo de compañía, el apoyándose en mi brazo, en el ascensor con voz dulce, media quebrada me dijo “¿Estuve bien? Tenía que decirles lo que el Perú se merece, pero salgamos rápido no vaya a ser que recién entiendan y no nos dejen salir”. En TRANSPARENCIA era una voz que le daba personalidad institucional, cuan necesario sería su conocimiento y voz para nuestro Perú hoy, que padece su peor crisis moral, institucional, política, electoral. Muchas veces me reconforto con sus enseñanzas y anécdotas vividas tan cerca.

Nunca en mi vida me imagine trabajar y, tanto tiempo con él, de ser enseñado y orientado, una vez me pregunto cuál era mi promoción del Colegio Inmaculada, le dije yo había estudiado en la GUE Nicolas de Piérola de El Agustino, que mi primaria lo estudie en el Centro Escolar N°131 de Chachapoyas y que era de Camporredondo; sin sorprenderse, con una naturalidad a flor de piel, que me calo los huesos, me dijo “por eso nos entendemos, por eso nos llevamos tan bien, tú eres un jesuita sin ser jesuita y yo un civil siendo jesuita”. Lo admire más, mucho más. Otra vez me preguntó, ¿por qué era ateo o quizás agnóstico? Le dije que no era ateo, ni agnóstico ni nihilista, que solo era un joven desconcertado de sus creencias y que aún no encontraba mi camino. Nuevamente, sin gestos de sorpresa, me dijo que él “también era un cura desconcertado y seguía buscando su camino”; y, citando a Machado me dijo “cada uno haremos nuestro camino al andar”. Clase sublime, un cura enseñando a un discípulo buscar camino propio, no seguir el suyo.

No lo frecuente sus últimos años de vida, pero estábamos al tanto uno de otro, su muerte no me sorprendió, pero me samaqueo; en su velorio, en su iglesia, Virgen de Fátima, sin darme cuenta, pero con mucha paz y seguridad, después de muchos años, volví a rezar, por la alegría de haberlo conocido, por su vida terrenal, por su vida eterna. Hoy lo sigo haciendo, esporádicamente es cierto, y siempre viene su imagen y nombre a mi recuerdo. El seguirá construyendo su camino en la eternidad, mientras yo siga intentando construir mi camino terrenal, sabiendo que “por eso nos entendemos, por eso nos llevamos tan bien”. Gloria para ti RP. Felipe Emilio Mac Gregor Rolino S.J.; en mi recuerdo y corazón siempre.