Emergencia indígena, ¿Para retornar al taqui onkoy o para forjar el Estado de todas las sangres?
Vicente Otta R.
Bien sabemos que las identidades nacionales y las propias naciones se construyen tanto como se destruyen. El énfasis de algunos intelectuales y políticos por exagerar la emergencia del factor indígena en las luchas actuales, a partir de diciembre último, distorsiona el proceso social en curso y amenaza con acentuar la crisis política y la polarización social.
Se requiere un balance mayor y más ponderado, para entender adecuadamente lo que viene ocurriendo en nuestro país. Alcanzo la nota siguiente con el compromiso de luego compartir algo más elaborado.
Entre 1998 y el 2006 con Edmundo Murrugarra y otros compañeros editamos una revista intercultural que se llamó Nosotr@s y luego Ñoqanchik, publicamos cerca de 30 números.
En la tarea de identificar y evaluar correctamente lo indígena, el mestizaje y el papel de los emprendedores en la economía y la sociedad peruana en general, en síntesis, como actor fundacional principal de la peruanidad moderna. Realizamos una serie de entrevistas con personas representativas de este sector.
Publico el resumen de lo que se hizo con los personajes relevantes de estos diálogos.
En mi opinión no es una buena idea indigenizar la lucha actual, menos todavía exacerbar los nacionalismos indígenas. Esta manera de abordar la lucha actual no solo distorsiona la realidad, sino que tiende a aislar a los protagonistas de la gran mayoría de la sociedad.
Y presenta el grave peligro de acentuar la polarización social en curso con discutible probabilidad de salir triunfante de una confrontación total. Aunque no parezca a simple vista, velada por la emoción y el romanticismo, éstas son las cuestiones implicadas en la actual evaluación.
La actual lucha social es potente porque la arbitrariedad, racismo y exclusión ha reabierto la compuerta de “los viejos y mortales desencuentros…” De Gregori, dixit. Implicando a amplios sectores populares, gran parte del mundo rural del sur y sur andino. No creo que a eso pueda denominarse naciones aymaras y quechuas, hay demasiada masa social y nacional involucrada en la actual lucha excediendo lo indígena aymara y quechua.
Insistir en su indigenización es restringir y empobrecer el universo social y la potencialidad de la más formidable movilización anti sistémica de los últimos 45 años.
Con las reservas del caso comparto la nota sobre los emprendedores, amplísima mayoría en todo el Perú cholo y mestizo. La nueva peruanidad que nos habita como nación.
Identidad y nación en el Perú actual
1.- ENCUENTRO DE ZORROS
El 3 y 4 de abril del año 2003 la Federación Departamental del Cuzco promovió un encuentro de líderes emprendedores del campo y la ciudad. Unos 60 dirigentes campesinos de la sierra sur-central y sur andino ( Ayacucho, Huancavelica, Apurímac, puno y Cuzco) que vienen realizando una valiosa experiencia de gestión productiva, educativa y social en sus zonas de origen, presentaron sus experiencias y recibieron a su vez la de tres importantes líderes emprendedores: Máximo San Román(Ex. Vicepresidente de la República y representante destacado de la industria panificadora), Diógenes Alva (presidente del consorcio Gamarra) y Esteban Cabrera (uno de los representantes del consorcio comercial Unicachi).
Los propios actores hicieron uso de la palabra y, desde su diversa y compleja experiencia presentaron lo que había sido su largo y sacrificado proceso de migración interna, que ha culminado con la reconquista de la ciudad capital. Los tres líderes presentes son de origen campesino andino-amazónico. Diógenes Alva de la actual región del Marañón, Esteban cabrera, Aymara- hablante de Puno y Máximo San Román quechua-hablante del Cusco.
Diógenes Alva dijo entre otras cosas: “…Todos en Gamarra fueron mis maestros, por eso yo digo que Gamarra no es solamente un conglomerado de las pymes, sino también es una escuela, una universidad, porque ahí se aprende. Muchas veces, la gente solo quiere ir a ganar plata; uno tiene que entrar a aprender, no a ganar. No estar mirando la hora, que yo entro a las 8, yo entro a las 10, no. Hay que trabajar sin límites. El que quiere triunfar, el que quiere llegar lejos tiene que trabajar así; porque cuando te pones límites, tú mismo te estas perjudicando, no estas perjudicando a los demás. Nosotros los provincianos que realmente queremos a nuestro país luchamos, sembramos, labramos la tierra, nos levantamos a las 3, 4 de la mañana y a veces ni dormimos…”
En otro momento dice: “…Cuando me ponen de dirigente de Gamarra, nosotros hacemos la marcha de protesta contra la importación de la ropa usada, contra el contrabando, por primera vez se hace la marcha. Nadie se atrevía a hacerlo, ni la Sociedad de Industrias ni las grandes industrias porque le tenían miedo a Fujimori. Pero nosotros los cholos, no le tenemos miedo a nadie porque tenemos sangre india, y esa sangre siempre llevamos en nuestra vena…”