El Ministro del Interior, Daniel Urresti, ha logrado un nivel de aprobación ciudadana envidiable. Con un respaldo popular de 46% a la labor que desempeña, se ubica 10 puntos por encima del apoyo a la pareja presidencial. ¿Cómo lo hace? Su estilo sensacionalista, efectista y mediático ha calado en el gusto de la gente que sintoniza con los operativos de rutina y frases altisonantes del ministro, frente a un nivel de inseguridad que parece desbordar al gobierno. No obstante, la gestión de Urresti está plagada de sombras que, por supuesto, la prensa no quiere mostrar en su real dimensión. Veamos cuáles son las acusaciones más graves que pesan sobre el actual ministro del Interior. 

1.- El crimen del periodista Bustíos. El Ministro del Interior está denunciado por el crimen del periodista Hugo Bustíos ocurrido en Ayacucho en 1998. La fiscalía de Ayacucho ha formulado denuncia contra él y un juez le abrió proceso penal, estableciendo que debe ir al juzgado una vez al mes y que no puede salir de su lugar de residencia ni abandonar el país sin su autorización. Los cargos que pesan sobre Urresti son gravísimos y, aunque se presume su inocencia, no son compatibles con la función de ministro de Estado, y mucho menos en la cartera de Interior. Urresti se da el gusto de declarar que la fiscalía debería archivar este caso, ejerciendo una presión política que el gobierno de Humala avala con total desfachatez.

2.-“José León no está vinculado a hallazgo de droga”. Esta sorprendente frase lo pronunció hace unos días el ministro Urresti, luego del hallazgo de 7.6 toneladas de cocaína en la casa que el congresista José León alquilaba, sin mayor conocimiento según sus declaraciones, a un narco mexicano. ¿Es fiscal el ministro Urresti para saber si alguien debe ser incluido en una investigación de narcotráfico? ¿Por qué este afán de protagonismo?

3.- Cal por cocaína. Hace un mes, el ministro del Interior brindó una conferencia de prensa en Barranca informando el “hallazgo” de cientos de paquetes de cocaína en una furgoneta que hacía propaganda electoral para el candidato fujimorista Alberto Tapia. Inmediatamente, Urresti involucró a Tapia en el tráfico de drogas. Sin embargo, tal como narra un artículo del ex ministro Fernando Rospigliosi, todo parece haber sido mentira. En la camioneta del candidato no había un gramo de droga, solo 138 kilos de yeso. No había 600 kilos de cocaína, sino 42 kilos y 89 gramos, que los encontraron en una casa en Barranca que no tenía nada que ver con el candidato. ¿Error del ministro Urresti o puro sensacionalismo? Tapia ha señalado que denunciará por difamación y calumnia a Urresti si no se disculpa por esta tremenda patinada.

4.- La muerte de un adolescente en La Convención. Hace más de una semana, La Convención se encuentra paralizada en protesta porque los beneficios del gasoducto del sur no llegan a la ciudad. En uno de los enfrentamientos entre la Policía Nacional y pobladores del distrito de Santa Teresa, el adolescente Yafeth Huillca Pereyra (17) falleció luego de recibir un impacto de bala. Los manifestantes acusaron al coronel René Cabrera Gutiérrez como autor del disparo que acabó con la vida del joven estudiante, y exigen la renuncia del ministro Urresti por negligencia en la resolución de este conflicto. A esto se agrega el fallecimiento del Alcalde de Kepashiato, Rosalío Sánchez y de su chofer, Jorge Grimaldo Camala, en un accidente vehicular que parece tener relación con las protestas.

Más sombras que luces caracterizan a una gestión que se basa en el figuretismo y no en resultados visibles en materia de seguridad ciudadana. Al mantener a Urresti de ministro del Interior, a pesar de estas graves denuncias, Humala trasmite un mensaje violento y peligroso para el país. Estamos advertidos.