Hace unos días el presidente electo Ollanta Humala anunció a Miguel Castilla como nuevo titular del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a partir del 28 de julio. Revisemos esta nominación. En primer lugar hay que tener bien en claro que lo que hoy conocemos como Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en realidad opera sobre todo como un Ministerio de Hacienda. Lo que tenemos hoy en día en el MEF es esencialmente un manejo técnico - contable antes que uno económico. En estricto, el MEF no tiene iniciativas de política económica y lo poco que hemos podido ver del MEF en este campo fue la aplicación del famoso Plan de Estímulo Económico durante la crisis internacional. Si bien se mantiene el rótulo de Ministerio de “Economía”, lo cierto es que el plano económico en el jirón Junín esta relegado a un segundo plano. En teoría el MEF debiera operar en conformidad a un conjunto de reglas macro-fiscales. Sin embargo, muchas veces éstas no han sido cumplidas. Podemos mencionar algunas de estas reglas como por ejemplo que el déficit fiscal anual no puede ser mayor que el 1% del Producto Bruto Interno (PBI) o que el incremento anual del gasto de consumo del Gobierno Central no puede ser mayor que 4% en términos reales. El factor subyacente detrás de estas reglas es que las cuentas fiscales “cuadren”. En otras palabras lo que se busca es que el Estado no gaste más de lo que le permite su nivel de ingresos en el tiempo, esto significa mantener la caja fiscal en azul. Se trata principalmente de una práctica contable. Es sumamente relevante tener clara esta diferencia en torno a las verdaderas competencias prácticas del MEF para poder pasar a revisar la designación de Castilla. Castilla se desempeñó como jefe del gabinete de asesores del MEF durante la segunda gestión del ex ministro Luis Carranza y acaba de renunciar al cargo de viceministro de Hacienda que ocupó desde enero de 2010. Al respecto, hay que señalar que si bien
Castilla siempre se mostró renuente a las incongruencias fiscales propuestas desde Palacio de Gobierno¹ y aplicadas por el ministro Benavides en los últimos meses, finalmente termino siendo el “operador” de dichas medidas y por ende co-responsable de las mismas. Medidas que fueron fuertemente criticadas por la Comisión de Transferencia Económica de la gestión entrante ya que en su gran mayoría carecían de sustento técnico y conspiraban contra el equilibrio fiscal.
No obstante, de acuerdo a las declaraciones del presidente electo, el ahora nombrado ministro Miguel Castilla estaría de acuerdo con los Lineamientos de Política Económica y Social de Gana Perú. Esto significa que Castilla estaría conforme con el compromiso de una reforma tributaria que es en materia fiscal el verdadero tema de fondo. En ese sentido ahora resulta sumamente relevante conocer al nuevo Jefe de la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria (SUNAT) que consideramos debiera ser uno de los economistas que ha trabajado en dicha propuesta como Luis Arias Minaya quién además ya ha sido Jefe de la SUNAT con una buena gestión.
Al parecer por lo que estaría apostando Gana Perú en el MEF, al menos en el corto plazo, es por un buen operador contable que conozca al MEF desde adentro y pueda “cuadrar” las cifras para poder llevar adelante sus propuestas sin caer en devaneos fiscales y de paso reducir la incertidumbre que lleve a revertir la desaceleración económica que hoy aqueja al país. Es una decisión esencialmente pragmática y con un claro talante concertador.
Para cerrar, más allá de los nombres en las designaciones de los distintos ministerios lo que no hay que perder de vista y es en realidad el tema de fondo aquí, es el cumplimiento de los compromisos planteados en los Lineamientos de Política Económica y Social. Siendo la reforma tributaria sin duda el más relevante en lo que a materia fiscal compete. Al parecer Ollanta Humala esta aplicando la famosa frase de Deng Xiaoping a la que aludía recurrentemente durante la campaña: “no importa que el gato sea blanco o negro, sino que case ratones”.