La reforma de las AFP, ¿le conviene al aportante?*

Por: 

Oriana Suárez

El sistema privado de pensiones recibía críticas y tenía diversas falencias que llevaron a impulsar una reforma con la finalidad de (1) que las AFPs se preocupen en generar mayor rentabilidad para los más de 5 mil millones de afiliados del sistema, y (2) para que a éstos les quede más dinero en el bolsillo mes a mes.

Lo que cambia, con la reforma, es de dónde se cobran las AFPs su sueldo por administrar la jubilación del afiliado. En el sistema actual, las AFPs cobran un porcentaje mensual del sueldo, que hasta antes de la reforma ha sido alrededor del 2 %. La propuesta de reforma es que a partir de abril 2013 se cobren del fondo que cada persona está acumulando para su jubilación (un porcentaje establecido). Para ello, se pasaría por un periodo de 10 años de “comisión mixta”, donde las AFPs cobrarán un porcentaje del sueldo más otro porcentaje del fondo. Según la Superintendencia de Banca y Seguros, con esto se lograrían los dos objetivos: que las AFPs quieran que el fondo crezca, porque así cobrarán más, y que los usuarios no tengan un descuento mensual.

Sin embargo, parece muy difícil estimar si es que con el cambio de comisión se podrá incrementar la rentabilidad. ¿Por qué las AFPs no han ofrecido mejores rentabilidades? ¿Porque no han tenido los incentivos suficientes o porque no han podido? Según su propio discurso, recogido ampliamente por la prensa, las rentabilidades han dependido de factores de mercado que no varían con la reforma. Pero, asumiendo que cambiar a una comisión del fondo incrementaría la rentabilidad de las AFPs, ¿esto le conviene al futuro pensionista?

El primer problema es que parece complicado para la mayoría de usuarios determinar qué tipo de cobro le conviene.  Algunas AFPs no tienen la información precisa de las tasas que cobrarán y, en general, es difícil estimar en el tiempo cuáles serán los porcentajes de esas comisiones.

El segundo problema –y que podría llevar a suspicacias- es que hay demasiados incentivos y facilidades para el cambio al nuevo sistema: (1) mucha publicidad informativa, (2) si el afiliado no hace nada, es cambiado automáticamente, (3) la calculadora que la SBS  ha implementado para que los usuarios estimen lo más conveniente a su situación, asume tasas mucho más bajas que las actuales y con ello, casi indistintamente, resulta en que es mejor el cambio (e históricamente podemos comprobar que las tasas siempre han subido, sólo han bajado por el concurso público).

Entonces, aunque no se tienen las herramientas precisas para medir, haciendo un estimado simple (el cálculo del descuento del sueldo y del fondo, en base a las tasas establecidas por las AFPs, asumiendo que serán los mismos montos a través del tiempo), en la mayoría de casos, durante aproximadamente 20 años, al usuario le convendrá más que la AFP cobre su comisión del fondo de jubilación porque, en total, le habrán descontado menos. Pero, pasados los 20 años, el fondo alcanza una mayor dimensión, y convendría haberse mantenido en el cobro del sueldo mensual. Si es que se considera la rentabilidad, que hace que el fondo crezca más rápido, pues más le descuentan al usuario, y más le conviene quedarse en el sistema actual.

Por ello, aunque es difícil calcular con exactitud, tal y como están establecidas las cosas, para los jóvenes y las futuras generaciones de pensionistas, es más conveniente quedarse en la comisión actual, y para las AFPs el cambio al nuevo sistema. Yendo más allá, esto se confirmaría con los trabajadores que entran y salen de la planilla, a quienes sólo se les cobraría cuando se mantengan en una planilla, pero si se cambian al nuevo sistema, les cobrarán aun cuando no estén aportando nada.

Está claro, entonces, que esta reforma, aunque le deja mensualmente más liquidez a los usuarios, a la larga le quita más ingresos. Y los nuevos usuarios del sistema no tienen la opción a elegir, sino que tendrán que pagar más por la administración de sus fondos. Además, posiblemente muchos incautos que alguna vez aportaron a la AFP, si en este momento no lo están haciendo y no están informados del tema, automáticamente serán incorporados al nuevo sistema. Todo esto con la venia del regulador. ¿Por qué se ha creado una norma para este cambio, que favorece a las AFPs, en lugar de que el trámite sea opcional?

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