La próxima víctima de la desinformación
Cualquier persona que esté más o menos al tanto de la prensa local tanto (escrita como televisiva) sabrá que entre sus varias falencias está su excesivo localismo y la pobre cobertura que le da a lo que sucede en otros países. Casi ningún periódico o noticiero se preocupa por informar aquello que ocurre fuera de las fronteras del Perú, a no ser que involucre a peruanos que a través de su ingenio han podido alcanzar el éxito o que más bien han caído en desgracia.
En las últimas semanas, súbitamente, las páginas de los principales medios de comunicación se han llenado de noticias provenientes más allá de nuestras fronteras. ¿Qué ha ocurrido? ¿Los medios de comunicación cayeron en cuenta de su pobre cobertura internacional? ¿De pronto el gusto de los lectores cambió? La explicación podría ser otra.
Hoy la atención se centra en Argentina y las recientes denuncias de corrupción que han aparecido en la prensa de ese país. Argentina que sólo mereció la atención de la prensa peruana a propósito de la designación del Papa Francisco, hoy despierta pasiones entre los editores de los principales medios. No sólo se cubren ahora los “escándalos de corrupción” del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, enviando incluso periodistas a entrevistar a los opositores al gobierno kirchnerista o retransmitiendo reportajes sobre actos de corrupción que involucrarían a la propia jefa de Estado; sino que se hablan de las amenazas que se ciernen sobre la prensa independiente de ese país.
Por supuesto ninguno de los medios que hoy coloca a la Argentina en portada está interesado en ir más allá de la versión de los opositores al gobierno. Ningún medio peruano habla de los bloqueos que el grupo Clarín (principal multimedio de ese país) viene realizando desde el año 2009 para impedir la implementación de la nueva ley de medios de comunicación audiovisual, la cual reemplazó a la legislación promulgada por la dictadura de Videla que en la década de los setentas asoló ese país. Una legislación, además, que fue discutida durante más de cinco años en cientos de foros en toda la Argentina y que fue aprobada con los votos también de buena parte de la oposición al gobierno kichnerista. Esta misma legislación que tiempo más tarde fue calificada por la UNESCO como la más democrática en el sector de medios de comunicación en la región.
Los medios peruanos se preocupan también por la posible nacionalización de la única empresa que vende papel de diario en la Argentina, lo cual dicen pondría fin a la libertad de prensa en ese país, pero callan cuando no cuentan que esa empresa fue vendida a sus actuales propietarios durante la dictadura y luego de haber amenazado y torturado a su antigua propietaria.
En realidad a los medios nacionales no les interesa lo que sucede en Argentina, sino lo que va a suceder aquí en el Perú. Ya se puede advertir la secuencia: luego de mostrar los indicios de corrupción, se pasará a señalar la “terrible” realidad que vive el país gaucho, para luego cuestionar las relaciones entre el gobierno peruano y su par argentino. Finalmente los medios peruanos volverán sobre el tema que realmente interesa: señalar que UNASUR no sería más que la máscara que oculta al “fracasado y corrupto gobierno argentino” y que por lo tanto al Perú le conviene estar muy lejos de ese espacio. De esta manera, los principales medios continuaran su campaña para lograr el viraje definitivo de la política externa del gobierno humalista y subordinar al Perú nuevamente a juegos ajenos a sus intereses. Estamos, pues, entrando al siguiente paso de una intensa campaña de desinformación.
Finalmente sorprende el concierto de la prensa local que incluye a grandes medios de comunicación que rara vez coinciden en sus portadas, repitiendo un guión contra el gobierno argentino. En este caso su pertenencia a la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) explicaría su acuerdo, reciben regularmente los paquetes de información de ese sindicato de dueños. Hay que recordar que este organismo se ha opuesto de manera sistemática a cualquier intento de democratización de los medios de comunicación en el continente.
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