El lunes a las 6pm juramentó el tercer gabinete ministerial del gobierno liderado por Ollanta Humala. Este recambio en el equipo de ministros ha sido bastante esperado y hubiera sido más oportuno que se produzca antes de las muertes ocurridas en Espinar y en Cajamarca. El desastroso manejo del gobierno en la selva del Cusco era la oportunidad para impedir que el gabinete Valdés siga manchando de sangre la política nacional.

Junto con el mensaje de 28 de julio próximo, este cambio de gabinete confirmará  una de las siguientes alternativas: o continuidad en el modelo neoliberal, o regreso a la hoja de ruta e, incluso, a la propuesta de la “gran transformación”.

Otra Mirada ya expresó que, hace falta más que un cambio de rostros en el gabinete. Se necesita un giro de la política del gobierno, el mismo que no se aprecia solo con el reciente cambio ministerial.

Por un lado, se refuerza la influencia del ministro Castilla, que además de controlar ese súper ministerio que es Economía y Finanzas, y cinco ministerios adicionales (Vivienda, Transportes, Energía y Minas, Trabajo y Comercio) pasa ahora a controlar uno más, el de Agricultura. Ello asegura la continuidad del modelo económico neoliberal en el Perú. Y  repercute en la manera cómo se enfrentará la crisis internacional que traerá consecuencias en nuestro país (leer más aquí). Es una bomba de tiempo que no podremos enfrentar de la mejor manera si mantenemos en el MEF a un personaje como Castilla que, en lo que va del gobierno, no ha hecho sino mantener el piloto automático y retrasar reformas urgentes.

La inclusión de Milton Von Hesse como titular del sector Agricultura, no es más que la confirmación de que la pareja presidencial tiene plena confianza en Castilla. Von Hesse viene nada menos que de encabezar Proinversión, agencia estatal encargada de privatizar, y con ese enfoque va a una cartera clave para la inclusión social en el país.

Por otro lado, la permanencia de Patricia Salas en Educación señala, por un lado, una continuidad en la reforma educativa, reforma en un sector además de importante, complejo y que no se logrará en un corto plazo. Por otro lado, sirve de mensaje fuerte frente a la presencia de miembros del Movadef en el SUTEP CONARE. Es importante dar imagen de estabilidad política en el sector en este momento.

Con la entrada de Wilfredo Pedraza (ex INPE) y Pedro Cateriano, se puede notar una mejora sustancial en el sector Defensa e Interior. Además, se cumple una promesa inicial del actual presidente quien manifestó que dichos sectores estarían dirigidos por civiles y no militares. Se espera que el enfoque en los mismos refleje este cambio ya que la respuesta a temas como la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo debe ser dirigida por políticas estatales antes que estrategias militares.

Finalmente, Juan Jiménez, flamante Presidente del Consejo de Ministros, ha logrado posicionarse como un personaje con perfil más conciliador que su antecesor y con capacidad de hacerse escuchar por la pareja presidencial. Ha reaccionado rápidamente frente a la posición de Villa Stein sobre el caso Colina y ha explicitado su intención de hacer del diálogo su principal forma de trabajo. A pesar de que el mismo ha dirigido desde el Estado la contratación de peritajes internacionales para descartar que en la operación Chavín de Huantar hubo ejecuciones extrajudiciales, lo que sin duda reivindica al montesinismo.

Más allá de Conga, hace falta ver si logrará el propósito de hacer un gobierno de diálogo. Sin embargo, sin un real fortalecimiento de las herramientas de participación democrática por parte de la ciudadanía y sin dar prioridad a la defensa del ambiente, tanto respecto a la llamada “nueva minería” como en el desarrollo de otras actividades, los conflictos no se disminuirán, sino todo lo contrario. Esperemos que además de este nuevo aire en la PCM sea reforzado con un discurso presidencial que haga mención de estos temas de fondo este fin de semana.

En suma, se nota que existe una mejor orientación en sectores clave, pero la continuidad básica en el manejo general de la economía trunca las posibilidades de una verdadera inclusión. Si a ello sumamos que la lucha contra la corrupción parece haber sido dejada de lado al no tocar a ministros como Cornejo, Merino, Silva, etc., denunciados por conflicto de intereses y corrupción, notamos que, lamentablemente, no ha habido cambios reales en el gabinete ministerial, sino algunos ajustes de tuerca que resultan insuficientes.