Inés Tello, una jueza incorruptible
Gloria Cano*
La Dra. Inés Tello de Ñecco ha sido inhabilitada para ejercer cargo público por un congreso impresentable, la Dra. Inés Tello, había sido electa por un período de 5 años para ejercer dentro de la Junta Nacional de Justicia- JNJ, organismo importantísimo para la elección y procesos disciplinarios de jueces y fiscales, así como para las elecciones de titulares de dos instituciones que tienen mucha relevancia en los procesos electorales como son la Reniec y ONPE.
Dicen que esa “sanción” es por haber cumplido 75 años de edad y no haber dejado el cargo en la Junta Nacional de Justicia-JNJ.
No, es por lo que ella representa, la edad es una excusa para vengarse de una de las juezas más valientes, justa e incorruptible. Ella juró el cargo por 5 años, y así quedó claro en el proceso de elección de la Junta.
Conocí a la Dra. Inés Tello cuando integraba la Primera Sala Superior anticorrupción, ella era la directora de debates en los procesos contra el destacamento del ejército Colina y los altos mandos involucrados en hechos de muerte como son la ejecución de 15 personas en Barrios altos, la desaparición de 9 campesinos en El Santa, el secuestro y desaparición del periodista Pedro Yauri, así como en el expediente del secuestro y desaparición de los estudiantes de la cantuta.
La Sala de las “Ineses”, les decían. En el caso Barrios altos también juzgaban a Vladimiro Montesinos Torres, por ello, las audiencias se llevaban a cabo en la base naval, decenas de militares y sus familiares estaban en dicho recinto. Alguien preguntaba últimamente ¿por qué tanto encono de los militares hacia la Dra. Inés Tello? , bueno, ella como las otras integrantes, condenaron a decenas de militares por sus latrocinios y otros crímenes cuando compartían el poder con Fujimori.
En el proceso de Barrios altos, Santa y Pedro Yauri, soportaron con altura y amabilidad todos los embates de los abogados y familiares de acusados que llegaban a la Sala. Recuerdo que trataban siempre de dilatar, uno de ellos se atrevió a terruquearlas en plena audiencia, dijo algo así como que él iba a dar a conocer las razones por el cual las tres magistradas se vestían de negro (cada una de ellas estaba de luto por el fallecimiento de un familiar) pero el abogado quería asociar el luto a la vestimenta oscura de la cúpula senderista, ellas inmutables, escucharon y continuaron con el juicio sin dejar que se desviara el proceso.
Cuando aparecieron los cuerpos de los desaparecidos del Santa, la Dra. Inés, se trasladó junto con la sala a fin garantizar que los restos fueran tratados en la entrega y entierro con dignidad.
Lo mismo en el caso la Cantuta, cuando se dispuso la exhumación de los cuerpos que habían sido enterrados en los años noventa luego de haber sido entregados en cajas de leche entreverados con tierra y basura, los cuerpos fueron analizados y enterrados nuevamente respetando el deseo de los familiares.
La Sala condenó a Montesinos y a los integrantes de colina, absolvió algunos mandos militares, y algunas integrantes del destacamento, eso nos causó incomodidad, pero debo reconocer que las pruebas podían dejar alguna duda. Si bien teníamos la certeza que estaban involucrados, las magistradas cumplieron con su deber de fallar en caso de alguna duda razonable.
Martín Rivas en un momento del juicio deslizó algunas frases que nos pareció incoherentes, señalando como rutas y actividades de alguna persona que no venían al caso, luego supimos que se trataba de la ruta y actividades del hijo de la Dra. Inés Tello de Ñecco, sin lugar a dudas esa no era la única amenaza que se deslizaba.
En otra ocasión ya cerca de la lectura de sentencia, el abogado Nakazaki pidió que la sala lo pudieran recibir en privado, que hacia el pedido en el juicio por que no había sido recibido por las juezas a pesar de haberse acercado a su despacho, de acuerdo a lo expresado por el propio abogado la entrevista privada era para hacer un nuevo alegato de defensa ya que consideraba que debía aclarar ciertos puntos que habían salido en los alegatos de los coprocesados. La Dra. Inés con la amabilidad que siempre la caracterizaba señaló que no podían recibir alegato de manera privada, que cualquier argumento debía ser realizadas en forma pública y en igualdad de armas. Así siempre fue su comportamiento, justo, pulcro.
Hoy mi reconocimiento a esta magistrada justa, mujer valiente, maravillosa persona.
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*Abogada de la Asociación Pro Derechos Humanos- Aprodeh