Una noticia que ha pasado desapercibida en los principales medios de prensa ha sido la renuncia de cuatro economistas de la Comisión Multipartidaria de Monitoreo de la Crisis Financiera Internacional convocada por el congresista Jorge del Castillo.

Los economistas renunciantes son: Óscar Dancourt, Alan Fairlie, Jurgen Schuldt y Bruno Seminario, quienes en su carta de renuncia lamentan que:“en los cinco sub-grupos (infraestructura; energía, agua y medio ambiente; inclusión social; producción y pymes) formados al interior de la Comisión no haya ninguno que vaya a discutir la situación económica nacional o las distintas opciones de política monetaria, fiscal o comercial, incluida la opción elegida por el gobierno, que pueden ser aplicadas en el Perú para salir de la recesión actual y retomar el crecimiento”.
Si bien, al momento de conformarse esta comisión, la convocatoria incluía economistas de  distintos enfoques con respecto al impacto de la crisis en el país y la reacción de política económica del actual Gobierno, lo cierto es que con esta renuncia dicho rescatable punto prácticamente se ha perdido.
Al respecto Felipe Ortiz de Zevallos (FOZ) - coordinador de la comisión- se ha pronunciado lamentando la renuncia, pero dejando en claro que el discutido sub-grupo que aborde temas macroeconómicos no se conformaría. Así pues, para el caso de los temas fiscales y comerciales FOZ asevera: “Tal vez el espacio más adecuado para discutir ampliamente temas como Política Fiscal o Tecnológica o Comercial sea la respectiva Comisión ordinaria” (refiriéndose a la comisión del Congreso referida a cada tema).  Mientras que para el tema monetario FOZ dice: “Si en vez de ello dedicáramos ese tiempo a debatir sobre la mejor recomendación de política monetaria no lograríamos mucho porque esa, finalmente, es una función del directorio del BCR más que del Congreso”.
Si a este hecho le añadimos la última entrevista realizada a FOZ, en la que afirma:“El problema ahora es, ese, que mucha gente pobre es fácilmente persuadida por ofrecimientos que no tienen ni pies ni cabeza. Allí radica nuestra gran inestabilidad”. Más adelante, FOZ opina:“Creo que sin importar quién gane las próximas elecciones hay un consenso de ortodoxia en materia económica .…… pues todos, salvo Humala, seguirán los lineamientos básicos de la economía actual”; y por la forma inconsulta en que fueron establecidos los famosos cinco sub-grupos resulta evidente la falta de apertura al diálogo democrático en esta comisión.
Así pues, queda claro que para la mayoría de economistas y abogados que siguen en la comisión no resulta prioritario discutir los verdaderos temas de fondo que implica la coyuntura actual. Al parecer, la discusión se limitará a medidas sectoriales que si bien no dejan de ser importantes, no son las principales herramientas del Estado para enfrentar una crisis de esta naturaleza: la política monetaria, fiscal y comercial. Recordemos que una gran parte de los actuales miembros de la comisión son acérrimos defensores de la reforma de los noventa que conllevó a una fuerte reducción en el tamaño del Estado. Por lo tanto, resulta irónico que en una coyuntura económica en donde se requiere de una mayor presencia del Estado, la “comisión de especialistas” encargada del monitoreo de la crisis esté conformada, mayoritariamente, por partidarios de un menor peso protagónico del Estado en la economía.
Finalmente, en una coyuntura de crisis económica solo comparable a la de los años treinta y a más de un mes de la instalación de la “comisión Del Castillo” solo tenemos información de una encuesta aplicada a sus miembros, el anuncio de que la discusión se realizará “vía web” y supuestos “malos entendidos” en la coordinación interna del grupo. Lo cierto es que, hasta el momento, no hay nada concreto a excepción del fuerte protagonismo mediático y político capitalizado por Del Castillo, personaje que tuvo que renunciar al cargo de Premier por el escándalo de los “petroaudios” y sus visitas a la suite del Sr. Canaán en el Hotel Country. ¿Para eso se juntó a los 68 especialistas?