El reencuentro de las izquierdas

Por: 

Isabel Coral

Me sorprendió gratamente el reciente encuentro de las izquierdas, las agrupaciones algo golpeadas, cautelosas, algo indignadas, enojadas, sorprendentemente dialogantes y autocríticas y lo principal con voluntad de volver a la cancha y retomar el camino aprendiendo de todo lo vivido.

La convocatoria y composición  

Sería un error pretender entender y valorar el evento solo a través de los documentos publicados:  la convocatoria y el manifiesto, ambos constituyen iniciativas y esfuerzos importantes que se reconocen, pero en lo fundamental dan cuenta de las expectativas, consensos iniciales de nuestros convocantes y anfitriones, sobre todo de lo que es posible alcanzar respecto de una diversidad y complejidad tan grande, en los tiempos y acercamientos aun restringidos.  

La convocatoria ha sido importante, una presencia masiva y activa no vista por lo menos desde las elecciones presidenciales del 2016, a pesar de la situación de desaliento, aislamiento y derrota de las fuerzas de izquierda. Vale la pena destacar la calidez del clima que se respiraba en el evento, distinta a la tensión y disposición de disputa permanente entre los grupos en el pasado reciente. En tanto la convocatoria ha sido muy acotada solo a los partidos de las izquierdas, podría decirse que tuvo una buena representación, participaron todas las fuerzas activas de las izquierdas, la izquierda tradicional con la presencia de los PC Unidad y Patria Roja y todas las fuerzas de la nueva izquierda o centro izquierda y progresismo. 

Debemos resaltar dos ausencias importantes que pueden ser expresivas respecto de las perspectivas de este espacio, por un lado, no estuvo la extrema izquierda: el partido de Cerrón, la agrupación del presidente Castillo, la agrupación de Antauro, ni el Movadef. La otra ausencia sensible fue la de Juntos por el Perú, quizás porque ya no representa a ningún partido o agrupación en tanto el PHP se ha reactivado en otro espacio. Nos preguntamos en qué situación quedan los dos congresistas de JP que no son de Nuevo Perú.  

Lo más alentador es que se ha producido un cambio importante de la composición de este espacio de las izquierdas, por un lado, una importante presencia de mujeres, jóvenes y de mediana edad, orgánicas e independientes, con capacidad de opinión y de debate, exigiendo además que el espacio naciente debe ser feminista. Por otra parte, presencia notoria de jóvenes hombres y mujeres básicamente universitarias. Además, aparecieron en este ámbito gratos visitantes o nuevos integrantes, que se presentaron bajo estos términos: “no soy de derecha ni de izquierda” “no vengo de ningún partido” “estoy aquí porque quiero el cambio”, ¿quiénes son? ¿cuántos son? pero sin duda representan lo nuevo. 

De lo que se dijo y no se dijo 

El evento no fue propiamente un espacio de debate y menos un espacio de acuerdos y conclusiones, fue más bien un espacio de escucha, de intercambio inicial y de construcción de una agenda prioritaria básicamente para Lima. Acertadamente los organizadores establecen una metodología y organización pertinente para recepcionar y organizar expectativas, puntos de vista y propuestas. 

Es un primer intento de organizar los objetivos y expectativas de los asistentes al evento, a partir de lo expresado en sus intervenciones, su agenda priorizada seria la siguiente:  1. La unidad de las izquierdas. 2. El Gobierno de Castillo y la lucha electoral. 3. La nueva constitución y la asamblea constituyente y el cambio social. 4. La constitución de un nuevo espacio amplio para la lucha contra la crisis.

Respecto del primer punto de la Unidad de las izquierdas, hay un cambio importante, se habla de las izquierdas, es decir el reconocimiento de que no hay una sola izquierda, que son varias. La idea del discurso de la gran unidad de las izquierdas se ha debilitado fuertemente, existe un convencimiento de que la extrema izquierda no es de izquierda y ha claudicado y por tanto hay una aceptación de su ausencia en este espacio. Hay un convencimiento de la necesidad de la unidad para enfrentar la complejidad de la crisis, pero también existe la conciencia de la unidad más amplia, no queda claro con quienes y una apertura hacia dónde. La unidad de las izquierdas más necesaria que antes para afrontar el 2026 y para movilizar al pueblo en torno a la agenda de cambios 

Con respecto al segundo punto, el Gobierno y la lucha electoral, hay un reconocimiento de la importancia de la lucha electoral, expresan una frustración respecto del papel que cumplieron en apoyo a la campaña de Castillo y la claudicación de Castillo al abandonar la propuesta de cambio. Existe el convencimiento que no es un gobierno de izquierda. Plantean claramente: no al golpe, que concluya su gobierno de 5 años, plantean una táctica de alianza y lucha, pero con énfasis en este momento en tomar distancia de su gestión desastrosa de actos de falta de transparencia, trafico de influencias y sobre todo de los indicios de corrupción, inclusive avanzan hacia el recurso de movilización política y de masas para obligar a Castillo a retomar el camino del cambio, inclusive sacarlo como a Merino si pusiera en riesgo la democracia y la gobernabilidad. Reconocen una gran importancia al trabajo electoral y la necesidad de trabajar hacia el 2026.

En el tercer punto, respecto de el cambio y la nueva constitución, el cambio es un consenso expreso claro, todos quieren el cambio, reconocen que este gobierno ya abandono esta perspectiva, que se ha sumado al continuismo neoliberal. El tema de la nueva constitución y la asamblea constituyente aparece con mucha frecuencia entre los asistentes, pero como un enunciado discursivo, al que nadie se opone, pero con ausencia de un desarrollo que indique como se canaliza y cuales son los plazos. El entendimiento va por el lado político más concreto, insistir en el impulso de reformas constitucionales, recuperando aquellas reformas que se han puesto en riesgo. Es frecuente el señalamiento de la organización de la movilización de masas en torno al cambio y la nueva constitución. 

Hay un amplio acuerdo respecto de la institucionalización de este nuevo espacio, como un espacio democrático, amplio, para enfrentar la profunda crisis económica, política y social que enfrenta el país,  por un lado se habla de un frente amplio de las izquierdas, por otro de un frente mas amplio es decir más allá de la izquierdas, inclusive los que suscriben el  frente acotado a las izquierdas reconocen la importancia de abrir mas el espacio y hay una tercera perspectiva que señala un frente amplio democrático por el cambio. Se acuerda por lo pronto una coordinación para darle continuidad al trabajo y un proceso de descentralización del trabajo a través de espacios de frente regionales.    

Perspectivas del espacio: Qué hacer 

Este debate es todavía muy inicial, si bien el influjo de las matrices ideológicas y viejos discursos de las izquierdas apenas se han asomado de manera bastante controlada y los elementos nuevos han sido el centro del interés y la atención, lo que ocurra en adelante con este espacio, depende de cada uno de los actores participantes. Qué hacer para impulsar este proceso:

  1. Respecto de institucionalizar un espacio articulador es una necesidad compartida, quizás acotarlo como un Frente Amplio de las izquierdas sería insuficiente para enfrentar la profunda crisis, será necesario abrir más la convocatoria hacia el centro en torno a lo sugerido por las propias intervenciones, un Frente Amplio Político y Electoral de izquierdas, democrático y progresista y de centro, organizaciones políticas, sociales en torno a los cambios estructurales que el Perú necesita.
  2. Establecer un núcleo duro de ejes programáticos, como un mínimo no negociable y base de unidad del frente, que le asigne una identidad clara y sirva para demarcar los perfiles y linderos de nuestra alianza: en el evento fue muy reiterada por ejemplo la bandera de la lucha contra la corrupción. Mas allá de esta base de unidad las organizaciones pueden mantener su identidad y su dinámica particular. 
  3. Impulsar el debate descentralizado en base a la agenda priorizada en el evento en Lima e incorporando agendas específicas que surjan en las regiones. Respeto irrestricto de la autonomía s decisiones de los espacios regionales.