Nicolás Lynch
Los medios de comunicación dominantes quieren establecer la idea de que la destitución de Dilma Roussef fue un proceso legal y no constituyó un golpe de Estado. Sin embargo, la abrumadora mayoría de expertos en cuestiones constitucionales, aceptan que los hechos que se le imputaban a Roussef no constituían delitos ni figuraban como causas de destitución.