Deuda parcialmente saldada: gas para el sur

El lunes 30 de junio se saldó una deuda histórica con el sur de nuestro país. El Gasoducto del Sur fue finalmente licitado y adjudicado al consorcio conformado por Odebrecht (Brasil) y Enagás (España).

El lunes 30 de junio se saldó una deuda histórica con el sur de nuestro país. El Gasoducto del Sur fue finalmente licitado y adjudicado al consorcio conformado por Odebrecht (Brasil) y Enagás (España). Este proyecto constituye no sólo una promesa de campaña del presidente Ollanta Humala, sino que significa un paso fundamental en el desarrollo industrial del sur de nuestro país. Esa fue la idea sobre la cual se basó este proyecto inicial y pese a las contramarchas que hubo en el periodo del ex ministro de Energía y Minas, Jorge Merino, se trata ya de una realidad.

 

Saludamos la deuda saldada. Recordamos que, si bien la “primera piedra” del proyecto fue colocada por el presidente Ollanta Humala en marzo del año 2012, las contramarchas en el proyecto no sólo alargaron su concreción, sino que costaron además de tiempo, conflictos. Por ello, se trata de una victoria de los pueblos del sur que no permitieron que se impusiera el “etanoducto costero”, propuesto en un momento por el ex ministro Merino, y sin ningún sustento. Esta propuesta, además, eliminaba la posibilidad de desarrollar industrialmente el sur del país. No se trata sólo de llevar gas al sur, sino de, a partir de ello, diversificar la producción.

 

Fuente: La República

 

Ahora bien, este es un primer paso que deberá ser continuado ya que existen asuntos pendientes, entre ellos la capitalización a favor de Petroperú de la garantía de red principal que vamos a pagar todos los peruanos, como recuerda la congresista Verónika Mendoza. Cabe recordar además, que este jueves se presentarán las 60 mil firmas ciudadanas recogidas a nivel nacional, que respaldan y solicitan que se defienda a Petroperú como única empresa nacional de petróleo y energía, tanto en el tema de exploración como el de explotación y comercialización, iniciativa del despacho del Congresista Manuel Dammert.

 

Por otro lado, es fundamental avanzar hacia la diversificación productiva, como señala Humberto Campodónico, para lo cual hay que garantizar la Petroquímica del etano, para lo cual hace falta construir un ducto de líquidos al lado del ducto de gas del GSP. Para ello, deben asegurarse las reservas del etano de los cuatro lotes de Camisea ya que la rentabilidad mayor se encuentra en la industria que permitirá dinamizar las economías locales y generar mayor empleo.

 

Este proyecto beneficiará a 600 mil viviendas en el mediano plazo y por ello lo saludamos. Se trata de un importante avance pese a que un sector de la derecha sigue señalando que no hay demanda suficiente aún cuando esto es falso. La intención es generar la infraestructura para, entonces, fomentar la demanda. No caigamos en la desinformación convenida de quienes ven sólo en la exportación de nuestros recursos, una posibilidad de desarrollo.

 

Aún así, no todo es color de rosa. Una denuncia por parte del grupo postor que fue descalificado ha percudido este anuncio. El Consorcio Gasoducto Peruano del Sur, liderado por Techint y conformado por GDF Suez, Sempra y TGI, anunció luego de su descalificación que se trató de un proceso poco transparente y que evalúan la impugnación del mismo. Este dato resulta importante ya que necesitamos tener la certeza de que el consorcio ganador de la licitación presentó realmente la mejor propuesta, tanto técnica como económica, pues se trata de la mayor inversión en infraestructura del país y el consorcio que presentó el costo más “barato” del servicio, es justo aquel que fue descalificado.

 

Se trata de una deuda histórica por fin saldada. Ahora nos corresponde demandar que se cumpla en los plazos acordados y que los pendientes sean saldados. Esta es la manera de generar desarrollo descentralizado. Finalmente, corresponde también aprobar un Plan Energético de Mediano y Largo Plazo en el cual se prioricen las reservas energéticas que existen en el Perú. Recordemos que la exportación a un tercer país no es un problema, siempre que el Perú determine con claridad su horizonte energético en el mediano plazo. Para ello es fundamental que nosotros planifiquemos con responsabilidad la utilización de nuestros recursos y que la realicemos de manera ambientalmente sostenible.

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