Cuba ha dicho sí en referéndum a un nuevo Código de las Familias, que permitirá el matrimonio igualitario, la adopción por parejas del mismo sexo y la gestación solidaria entendida como el vientre subrogado sin compensación económica, entre otros avances que garantizan derechos durante décadas vedados y que suponen un paso de gigante para el pueblo cubano.

El referendo sobre el Código de las Familias ha sido el primero para una ley particular y el tercero en general que se realiza en Cuba desde el triunfo de la revolución en 1959.

Antes de ser aprobado en julio de este año por la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), la versión 25 del Código de las Familias fue ampliamente consultada por la población cubana entre febrero y abril en 79.000 reuniones por barrios y municipios. Este es el único proyecto que ha ido a referendo de entre las 70 normas jurídicas actualizadas a raíz de la introducción de la nueva Constitución, a diferencia de otras leyes, como el Código Penal. Fue publicado en la Gaceta Oficial el 22 de julio de este año.

Hay que destacar que lo trascendental en la consulta ciudadana en Cuba sobre el Código de las familias, son los elementos que han tomado en cuenta a partir de la realidad actual de la sociedad cubana, su composición humana, las responsabilidades, la generación económica, las interrelaciones sociales y demás, de manera transparente y, sobre todo, el objetivo de elevar la calidad de vida de los suyos. 

De otro lado, a la distancia observo tres los elementos claves para quienes nos identificamos con la revolución cubana y con la apuesta de construir una sociedad socialista como forma de superar el capitalismo individualista, consumista y suicida en el que vivimos en estos momentos:

1. Se vuelve a poner a la revolución cubana en la vanguardia sobre derechos humanos, sobre la calidad de vida de las familias, sobre la inclusión social de todas y todos sin excepción, pero sobre todo, vuelve a entrar en la disputa del imaginario colectivo que la clave es la movilización social, es decir, el tener activo al sujeto de cambio y transformación social, que no todo se acabó con la revolución en sí misma, sino que (como decía Fidel) es necesaria "una revolución dentro de la revolución" para construir colectivamente un mundo mejor.

2. Estas agendas, espacios o movimientos "normalmente" eran liderados por sectores liberales, al punto que en el Perú las luchas por mejor calidad de vida son señaladas como "parte de la agenda caviar de alcance global", pues eso está cambiando con la votación del domingo 25 de setiembre en la isla de la libertad y la dignidad; porque pone a Cuba otra vez a la vanguardia a escala mundial, en temas de derechos humanos, de inclusión y en elevar la calidad de vida de su gente desde espacios de izquierda y progresistas. ¡No hay razón alguna para dejarle la cancha libre a los liberales en estas y otras luchas! 

3. Debería quedar claro que la democracia no es un término exclusivo y excluyente del liberalismo y que democracia y socialismo no son excluyentes entre sí, al ver lo ocurrido en Cuba. Porque además la democracia debe ser entendida -también- como un proceso integral de movilización e inclusión. Aquello, en Cuba se ha vivido, desde el proceso de debate transversal en toda la sociedad cubana (barrios, escuelas, universidades, sindicatos, centros de investigación, espacios culturales, deportivos, etc.) que se insertaron en el debate y recogieron los aportes de su congreso (asamblea del poder popular) y se hizo una consulta popular para validar la propuesta final. Todo un proceso democrático de movilización, debate y consulta para decidir aceptar o no una ley transcendental para el futuro de Cuba. 

En conclusión, la mayoría del pueblo cubano ha elegido un nuevo Código de las Familias, uno que retrata el país que es actualmente y prefigura el que quiere ser, además responde a las esencias humanistas de la Constitución de la República cubana, del Estado de derecho y justicia social que han construido en estos años de revolución.