Castañeda y las obras de Villarán

Por: 

Carlos Bedoya

Resulta bastante paradójico que el alcalde de Lima, Luis Castañeda, vea desplomar su popularidad, debido al desmontaje que viene haciendo de las obras y reformas de la exalcaldesa Susana Villarán. ¿No era que la tía no hacía nada, que era una vaga?

Gráfico de Alvaro PortalesPues resulta que los titulares y portadas de varios matutinos vienen dando cuenta de que Castañeda está en caída libre nada menos que por deshacer Río Verde, acabar con la política cultural de Villarán incluidos murales, hacer una contrarreforma del transporte en favor de Orión, entre otras perlas que buscan borrar el paso de la alcaldesa de la chalina verde por Lima Metropolitana.

Parece como si para el mudo la alcaldía de la capital del Perú fuera ya a estas alturas como un premio consuelo, y solo está allí para vengarse de quien él cree ayudó a sacarlo de la carrera presidencial en el 2011. Hasta ahora piensa que los informes con los que Susana Villarán empezó su gestión y en los que se refería a las irregularidades encontradas en el anterior periodo de Castañeda, destruyeron su campaña por la presidencia, cuando en realidad no tenía nada que ofrecer al electorado.

En esa venganza por borrar la gestión municipal de Fuerza Social, no le interesa mandar a la ciudad al tacho. Lo más penoso sin duda es la muerte que dio a la reforma del transporte acabando con la línea azul de la Av. Javier Prado y permitiendo que el caos y las cústers nuevamente tomen control de esa principal arteria. Igual con la Av. Arequipa, en la que ya falta poco para que nuevamente se viva un infierno.

Y es la segunda vez que Castañeda acaba con la posibilidad de tener un sistema de transporte adecuado y moderno para Lima. La primera vez fue en el 2002, cuando sucedió en el sillón municipal al difunto Alberto Andrade, quien tenía todo listo para iniciar la reforma llamada “Lima Bus”, que consistía en una serie de corredores muy parecidos a los que empezó a implementar Susana Villarán en el 2014.

Castañeda, que en el debate en Manchay contra Andrade prometió cruzar Lima de trenes para resolver el caos del transporte, no hizo nada hasta ocho años más tarde, cuando a finales del 2010 empezó a funcionar el Metropolitano que atiende menos del 10 por ciento de la demanda.

Lo que sí hizo fue desmontar la reforma que había dejado en planificación Andrade como ahora hace con los buses azules de Villarán. O sea que desde el inicio de su labor como burgomaestre jugaba a favor de las mafias del transporte en la ciudad. Pero esta vez ha empezado a pagar un gran costo, al mismo tiempo que la gente empieza a extrañar a Villarán y toma conciencia de la manipulación grosera que hicieron los medios concentrados contra una gestión honesta que quería modernizar Lima.

Publicado en Diario Uno 12 de abril 2015

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