“Podré ir al infierno, pero no será por brindar servicios dignos de aborto seguro”*
Susana Chávez A.
Esto fue lo que nos dijo la Dra. Laura Fuertes, a un grupo de profesionales de la Región, que participábamos en una conferencia de salud reproductiva en la Ciudad de México,
al presentar su experiencia en la Interrupción Legal del Embarazo (ILE), que se ofrece en uno de los 100 establecimientos de salud en el Distrito Federal (DF) que prestan este servicio y que se pusieron en funcionamiento después de aprobada la despenalización del aborto antes de las 12 semanas de embarazo. En cinco años de esta ley, han atendido a más de 85 mil mujeres.
El DF, como otras en Latinoamérica, es una ciudad de profundo sentimiento católico y desde 1997, mantiene una institucionalidad democrática de tradición laica y progresista de izquierda, y gracias a un buen gobierno en materia de salud, educación, seguridad ciudadana y pensiones, volvieron a ganar las elecciones del 2012, con el 64% de la preferencia electoral. Fue en este gobierno que se aprobó la despenalización del aborto y fue el mismo, al día siguiente de su vigencia, dispuso la oferta de servicios, lo que ha permitido no solo una reducción sustantiva de la morbilidad materna, sino también un altísimo porcentaje de ahorro a la ciudad, permitiendo atender a otras necesidades de salud.
El compromiso del gobierno del DF no se ha visto mellado con la acción de la jerarquía católica, ni con las acciones de fanáticos religiosos que día a día, megáfono en mano, insultan y maldicen a las mujeres que acuden a estos servicios y al personal de salud que allí trabaja, sin embargo, aunque los gritos son ensordecedores, esto no desanima a las mujeres, ni amilana a los proveedores, quienes al igual que Laura, se sienten seguros del rol que cumplen, de los principios éticos que sustentan la atención que brindan, y del profundo agradecimiento de las mujeres a quienes ayudan en sus decisiones reproductivas.
México DF, nos enseña que cumplir con una política pública que se basa en el respeto de los derechos humanos, por más controversial que esta parezca, da beneficios a la ciudadanía, es rentable y da respaldo popular y hay al menos cuatro lecciones que valdría la pena que nuestros políticos y funcionarios conozcan y practiquen, si de por medio está la función del servicio público; a) Que la ley está para ser cumplida, sobre todo cuando contiene responsabilidades del propio Estado, b) Que los y las funcionarias requieren del apoyo del más alto nivel y eso es lo que ha hecho La Secretaria de Salud del DF y los sucesivos gobernadores con relación a la oferta de la ILE, c) Que no basta con cumplir, sino hacerlo bien; Las instalaciones en donde se ofrece la ILE no solo son los más tecnificados y modernos, sino también ponen mucha atención en el buen trato y d) Los servicios no solo ofrecen La ILE, también incluyen otros servicios de salud sexual y reproductiva, como la prevención del cáncer, VIH y de nuevos embarazos no deseados.
Para quienes creen que la salud es un derecho, DF es una inspiración y una lección de cómo hacer política pública con justicia y sin tranzar en arbitrarias negociaciones como usualmente ocurre por estos lares.
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