¿A qué se debe la crisis económica?

De acuerdo a un último reporte del mes de noviembre, la economía peruana tiende a la recesión o al estancamiento por varios años. Así, no se logrará crecer a 6% en promedio anual como es que se venía haciendo entre el 2003-2013. El presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, ha anunciado que el crecimiento económico este año no llegaría al 3.1% como se tenía previsto. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) apenas alcanzaría el 2.4%, muy por debajo de las expectativas que se tenían. Frente a esto ha propuesto que se aplace la reducción del Impuesto a la Renta, a fin de amilanar la crisis y enfrentar el bajo crecimiento que tendrá nuestra economía.


 
Sin embargo, la reducción a los impuestos no constituye una alternativa eficaz para combatir la crisis. No por el hecho de que los empresarios tengan más dinero, van a invertir más. Eso dependerá de la demanda que haya y si la crisis se agudiza, el consumo disminuirá y no tendrán motivo para incrementar la producción. Pero, ¿a qué se debe esta crisis económica por la que atraviesa el país? Las causas de la crisis trascienden nuestras fronteras.
 
Las causas de la crisis
Es importante analizar el contexto externo, dado que en gran medida es debido a esto que ha caído nuestro crecimiento. Durante el boom económico, China creció a una tasa superior al 10%. En estos momentos, su crecimiento no supera el 7%. Durante ese tiempo, China casi duplicó su importación de cobre, la principal materia prima que exporta nuestro país. En ese momento los precios aumentaron pero ahora la tendencia se mantiene a la baja.
    
Asimismo, las condiciones financieras son desfavorables para el país puesto que en este mes aumentaría la tasa de interés del Sistema de Reserva Federal de EE.UU. (FED). Debido a la crisis del 2008-2009 se generó un periodo de financiamiento barato para los países de mercados emergentes. Por ende, el FED redujo su tasa al rango de entre 0% y 0.25%. Por otro lado, ingresaron capitales y aumentó el crédito en moneda extranjera. A inicios del 2013, la FED anunció que regularía su política monetaria. Para eso, realizó una reducción de inyección de dólares, la misma que ha caído en 85 mil millones de dólares mensuales. Adicionalmente, la FED ha anunciado terminar con su programa de compra de bonos.
 
El aumento de la tasa de interés estaba programado para el mes de setiembre, pero no se realizó. Ahora que ha sido reprogramado, se afectará a los créditos que las economías emergentes contrajeron con anterioridad, durante el periodo de bonanza. El efecto de ello será la salida de capitales, el mismo que continuará durante el 2016, lo que se verá reflejado en el alza del dólar, el mismo que impactará en el incremento de la inflación, que ya se encuentra en 4%.
 
Internamente, tenemos un contexto económico desfavorable puesto que se viene el Fenómeno de El Niño y no se tiene un estimado aún de los gastos que se generen con él. Para amilanar la crisis solo queda la política de aumentar la inversión pública. Sin embargo, se requiere un plan claro, que priorice las necesidades a cubrir por dicha inversión pública. Infraestructura y servicios básicos son fundamentales y no se debe reducir abruptamente el presupuesto que le corresponde, con el fin de mejorar la economía, ya que solo se obtendría el efecto contrario. La calidad de vida de millones de peruanos depende de dicha inversión. Los programas de salud, de vivienda, de educación no pueden dejarse de lado.
 
Lo que se debe frenar es el despilfarro fiscal en infraestructura que no es indispensable, enfatizar en los sectores que sí lo requieren, y realizar un control y monitoreo a los programas sociales que no vienen siendo bien manejados, que lejos de contribuir al desarrollo de quienes más lo necesitan, constituyen un espacio donde prolifera la corrupción. Cabe señalar que estos mismos se verán afectados en los próximos años por la disminución de la presión tributaria a las grandes empresas y el gravamen que favorece a las compañías mineras, que nos deja el actual gobierno.
 
Hemos tenido años de prosperidad económica que no supimos aprovechar y que han devenido en gastos inútiles. Ahora nos encontramos próximos a la contienda electoral donde se tendrá que analizar las propuestas que cada candidato tiene en materia económica para mejorar el déficit por el que atravesamos, que no es más que el inicio de la crisis del sistema neoliberal que ya nos está llevando a una crisis sin salida a la vista.

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