Medicamentos genéricos: silencios que matan

Por: 

Víctor Zamora

Mejorar la salud, garantizar la satisfacción de los usuarios con la calidad del servicio y proteger del empobrecimiento por el hecho de enfermar son las tres principales razones para la existencia de todo sistema de salud. 

Es deber de todo Estado y, por ende, de cada ministro de salud, fundamentar sus decisiones de política pública en salud con base en estas directrices. El acceso a medicamentos esenciales, genéricos y de calidad es un componente fundamental para alcanzar estos objetivos.

El expendio de medicamentos genéricos en farmacias privadas dejó de ser obligatorio

Contrariamente a este mandato, el ministro de salud, César Vásquez y, por tanto, la presidenta Boluarte decidieron eliminar la obligatoriedad del expendio de medicamentos genéricos en farmacias y boticas privadas. 

La decisión del ministro representa un retroceso a los magros avances logrados por nuestro precario sistema de salud. Efectivamente, el sistema de salud peruano se enfrenta a desafíos significativos para alcanzar los objetivos de mejorar la salud, brindar servicios de calidad y proteger financieramente a los que se enferman. 

La situación calamitosa de nuestro sistema de salud se refleja en las elevadas tasas de mortalidad por COVID-19 y dengue, la percepción generalizada de baja calidad en la atención médica y el impacto devastador en la economía de miles de compatriotas debido a los altos costos de bolsillo asociados con el cuidado de la salud.
La falta de acceso a los medicamentos agrava aún más esta situación por las siguientes razones:

  1. Si la señora María no puede acceder a sus medicamentos, ya sea porque no están disponibles o porque no puede costearlos, podría no iniciar o incluso no completar su tratamiento, poniendo en riesgo así su salud y su vida.
  2. La incapacidad de encontrar sus medicamentos en el sistema de salud público o en la seguridad social hará que la señora María valore aún peor la calidad del servicio y dudará en volver a usarlo.
  3. Como última opción, la señora María se verá obligada a adquirir sus medicamentos en el sector privado. Por ejemplo, el paracetamol, que podría haberlo obtenido gratuitamente en el centro de salud, ahora ve obligada a ir a la farmacia privada y gastar un sol un sol por una tira de 10 tabletas medicamento genérico de Denominación Común Internacional - DCI. Sin embargo, ahora que la venta de genéricos DCI1 no es obligatoria, le ofrecerán el paracetamol “de marca”, que le costará 10 soles por la misma cantidad de tabletas. Esto podría llevar a que la señora María caiga en la pobreza o se sumerja, junto a su familia, en la miseria más absoluta al tener que pagar no solo por el paracetamol, sino por el resto de la receta.

La situación de la señora María es representativa de lo que experimentan millones de nuestros compatriotas, lo que justifica completamente la necesidad de que el Estado Peruano implemente todas las estrategias necesarias para garantizar un acceso sostenible a medicamentos esenciales. Esto implica no solo considerar el subsidio total o parcial de los medicamentos, sino también establecer regulaciones para los diversos actores del mercado y priorizar el uso de medicamentos genéricos con Denominación Común Internacional (DCI).

… un poco de historia

Con el propósito de garantizar este acceso, el gobierno del Perú emprendió diversas acciones. Por ejemplo, en 2019, se firmó un préstamo por casi mil millones de soles con el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, destinado, entre otros objetivos, a mejorar las operaciones logísticas de medicamentos del Centro Nacional de Recursos Estratégicos en Salud. 

El Programa de Inversión “Creación de Redes Integradas de Salud (PCRIS) es un esfuerzo que debiera resultar en una mejora significativa de la disponibilidad de medicamentos en todos los establecimientos de salud públicos del país. La implementación de este programa, lamentablemente, dista mucho de ser óptimo. 

Otra medida adoptada fue la aprobación del Decreto de Urgencia 007 – 2019, el cual “declara a los medicamentos, productos biológicos y dispositivos médicos como elementos esenciales del derecho a la salud”. Además, establece, en su cuarta disposición complementaria, la obligación de garantizar la disponibilidad de un listado de 40 medicamentos esenciales genéricos con DCI en farmacias, boticas y servicios de farmacia del sector privado. 

La inclusión de la disposición Cuarta en el Decreto de Urgencia encontró fuerte oposición tanto de los propietarios de estos establecimientos como de sus gremios, así como dentro del ejecutivo, particularmente en el Ministerio de Economía y Finanzas de aquel momento. La entonces ministra de salud, la doctora Zulema Tomás, empleó todos sus recursos personales y profesionales, además de movilizar su capital político, para lograr su aprobación. Sin embargo, esta decisión le costó su cargo.

El debate en torno a esta norma fue en sí mismo altamente beneficioso para la medida. En primer lugar, contribuyó a aumentar la conciencia de la población sobre los beneficios de los medicamentos genéricos y a familiarizarse con los procedimientos para garantizar su disponibilidad. Gracias a este empoderamiento de los usuarios, muchos establecimientos farmacéuticos fueron multados por no cumplir con la normativa. Esto promovió el desarrollo de una cultura del uso de medicamentos genéricos.

Sin embargo, dicha disposición tenía una vigencia establecida hasta el 31 de diciembre de 2020. Este plazo fue prorrogado el 21 de mayo de 2020 mediante el Decreto de Urgencia No. 059-2020, firmado durante mi gestión como ministro de salud en el contexto de la emergencia sanitaria por la pandemia de COVID-19.

La emergencia por el COVID-19 llegó a su fin el 25 de mayo de 2023, lo que implicó una extensión de la vigencia del decreto original por 9 meses adicionales.

Desde la promulgación del Decreto de Urgencia 007-2019 el 31 de octubre de 2019 hasta su vencimiento el 24 de febrero de 2024, transcurrieron 4 años y 4 meses. Durante este período, se esperaba que se promulgara una ley que incorporara las disposiciones de dicho decreto, pero lamentablemente no fue posible. A lo largo de estos años, hemos tenido 5 presidentes y 10 ministros de salud, ninguno de los cuales pudo dedicar el tiempo o el interés necesario para impulsar esta legislación.

LEER EL ARTÍCULO COMPLETO AQUÍ