Los escenarios post renuncia de PPK
Duros días los vividos por el presidente Kuzcynski, luego de conocerse los videos donde sus aliados kenjistas aparecen ofreciendo obras y dádivas a cambio de votar contra la vacancia. En 24 horas, el escenario pasó de los “cuentazos” de PPK a la indignación oficialista, para luego terminar en un proceso de desafuero para los congresistas y ministros involucrados y una renuncia presidencial que está ahora en manos del Congreso.
Acorralado, sin aliados y con una investigación fiscal encima, PPK quedó fuera del primer cargo de la Nación, después de un año y siete meses. Un gobierno de lujo que no culminó su período. Toca ver ahora, cuáles serán los escenarios a corto plazo luego de esta situación.
Escenario 1 Congreso acepta la renuncia y Vizcarra asume
Este sería el escenario más rápido y concreto. Sin embargo, Vizcarra podría tener un panorama poco feliz para concretar un gobierno hasta el año 2021. Desde la bancada oficialista, muchos se pronunciaron contra la posibilidad que él asuma el cargo. El mismo PPK se refirió a él de forma indirecta al hablar de “traidores” que lo querían sacar del puesto.
Vizcarra, no tiene un respaldo congresal, no tendría una bancada propia, excepto algunos amigos aislados como César Villanueva, pero nada más. Sin una vicepresidenta (Araoz anunció que renunciaría si PPK se iba) Vizcarra no tendría posibilidad de gobernar con tranquilidad.
Escenario 2 Congreso no acepta la renuncia y procede la vacancia
La vacancia era el escenario que se esperaba para que la oposición concrete lo que inició el año pasado cuando se conocieron los aportes de Odebrecht a las empresas en las que PPK tenía participación.
Una vacancia da pie a un desafuero y podría generar también una crisis donde se puede dar una acusación constitucional y un juicio político que tendría a Kuzcynski posteriormente en la mira de la Fiscalía y el Poder Judicial.
Escenario 3 Asume Vizcarra y adelanta elecciones
En cualquiera de los dos escenarios anteriores, tendremos un Vizcarra debilitado, que posiblemente gobierne solo. ¿Adelanto de elecciones? Este proceso solo sería viable si es que el ex gobernador regional de Moquegua logra un consenso político donde todas las bancadas acepten la posibilidad de dejar su posición, y planteen esta opción.
Este adelanto de elecciones podría ser, como en el 2001, una oportunidad de replantear el panorama político donde el fujimorismo de Keiko vaya fortalecido, como el partido que “luchó contra la corrupción”, mientras que el fujimorismo de Kenji queda totalmente fuera de juego.
El aprismo, sin dirigencia oficial, no tiene tampoco la posibilidad de asumir un papel protagónico en comicios adelantados. Al igual que el fujimorismo, tienen que ordenar primero la casa.
¿Y la izquierda? Con un Gregorio Santos alejado de cualquier opción de diálogo con la izquierda peruana al igual que el Frente Amplio de Marco Arana, la coalición de Juntos por el Perú debería fortalecer la unión con Nuevo Perú y presentar una propuesta sólida, un nuevo rostro que recupere el espacio ganado en el 2016 por Verónika Mendoza que debería empezar a tomar mejores decisiones e hilar fino, para que los sectores progresistas aspiren a más.
En el camino quedan expectantes un Partido Morado, el acciopopulismo y el acuñismo. En este último caso su poderío regional puede convertirlo en un protagonista.
Escenario 4 Consigue el apoyo de algunos grupos políticos
Martin Vizcarrra plantea un gabinete de unidad nacional y/o con el Keikismo y los parlamentarios de PPK, logra un acuerdo con las principales fuerzas políticas en relación a las necesidades del gobierno en la lucha contra la corrupción, reformas políticas (bicameralidad), reformas constitucionales, reforma electoral, una apertura a la descentralización política y económica del país que conduzcan a una reactivación económica que acompañe a los gobiernos, regiones, alcaldes y distritos alrededor del país.
Pero todo esto, sí y solo sí, existe un diálogo real y un verdadero consenso político para bregar en medio del caso Lava Jato y sacar adelante a una economía que con lo justo llegará al 3% del PBI según los cálculos más optimistas. Mientras, seguiremos igual, con la misma clase política que hoy ha detonado el botón de su propia destrucción.
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