Matilde: de armas tomar

Si hay un nombre que pone a temblar a la mafia fujimontesinista es el de Matilde Pinchi Pinchi.

Si hay un nombre que pone a temblar a la mafia fujimontesinista es el de Matilde Pinchi Pinchi quien, en calidad de testigo, ha contribuido con la justicia brindando información sobre la red de corrupción existente durante la dictadura desde que cayó el régimen. Su paradero continúa protegido por el Estado, pero nadie puede protegerse de sus declaraciones. Así como su testimonio fue pieza importante en el juicio que se le siguió al condenado Alberto Fujimori por crímenes de lesa humanidad, ahora se ha convertido en protagonista del juicio que se le sigue al ex presidente por el caso de los diarios chicha. Todo indica que de esta tampoco habrá escapatoria para el ex dictador.

Los llamados “diarios chicha” empapelaron el país durante la década de 1990 y fueron una herramienta poderosa del gobierno de turno para desprestigiar a sus opositores políticos valiéndose generalmente de mentiras, pero además, dedicados al sensacionalismo para mantener a la ciudadanía distraída respecto de lo que acontecía en el país. De más está decir, que estos diarios chicha atentaron sistemáticamente contra nuestros derechos de acceso a la información.

Sin embargo, durante fines de la década de 1990 la función de los diarios chicha fue asegurar la re-reelección de Alberto Fujimori. ¿Cómo? Matilde Pinchi Pinchi cuenta esta estrategia.

La ex secretaria de Vladimiro Montesinos ha señalado que tanto Fujimori como su asesor coordinaban toda la campaña re-reeleccionista del año 2000. Era Montesinos quien informaba al entonces presidente con qué ataques saldría la prensa chicha al día siguiente. Se trataba aproximadamente de nueve diarios chicha además de “La Razón” de los hermanos Wolfenson. Habría habido desvío de dinero de las Fuerzas Armadas al Servicio de Inteligencia y este era utilizado para la compra y la creación de medios de comunicación re-reeleccionista.

La rendición de cuentas, señala Pinchi Pinchi, la realizaba el mismo Montesinos a Fujimori y le daba, además, datos precisos sobre qué medios se habían alienado con el gobierno y cuánto dinero se había destinado para que esto ocurra. Matilde Pinchi Pinchi estuvo involucrada en estas transacciones y señala que pasaron “por sus propias manos” alrededor de 100 millones de dólares destinados a esa campaña electoral donde los medios de comunicación eran una herramienta fundamental. Además, indicó que Montesinos gestionaba las portadas en los diarios chicha, las consultaba con sus asesores (Daniel Borobio, Saúl Mankevich y Ricardo Winitsky) y las presentaba luego al ex presidente. Según la ex secretaria, se pagaban hasta 5 mil dólares por cada titular en estos diarios.

La mafia fujimontesinista sigue temblando pues todo indica que Matilde Pinchi Pinchi seguirá participando en diversos casos por los cuales se acusa tanto a Vladimiro Montesinos como a Alberto Fujimori. Sin embargo, hay otro personaje que también podría empezar temer por los secretos que la ex secretaria de Montesinos no está dispuesta a guardar más. Ese personaje es William Paco Castillo, el actual abogado de Alberto Fujimori, quien ha demostrado un pobre nivel de estrategia en pro de su defendido. En una de las audiencias, Pinchi Pinchi aseguró haber visto al abogado en las instalaciones del SIN. El letrado ha desmentido estas declaraciones, pero la ex secretaria promete seguir hablando.

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