La pandemia y la oportunidad de la reinvención social

EDITORIAL

Estando frente a la ampliación de una cuarentena prolongada, en el inicio de una muy discutida reactivación económica y con un nuevo enfrentamiento ante el Congreso, el Ejecutivo liderado por Martín Vizcarra se presenta ante la opinión pública dando tumbos y con algunas decisiones que luego tienen que ser derogadas porque aparentemente no cumplen con los requerimientos necesarios frente a una pandemia que creció desmesuradamente a pesar de los buenos inicios del accionar del gobierno.

Hoy la pandemia que vivimos ha producido no solo una crisis de salud sino también una grave crisis social y económica que las y los peruanos debemos enfrentar colectivamente. Por eso sería un error insistir en más de lo mismo: un Estado mínimo, subsidiario del sector privado, al servicio de los lobbys y de los grandes intereses. Estamos en la obligación de reformar política, económica y culturalmente nuestro país para que la salud, la educación y un trabajo digno, no sean un privilegio de unos cuantos. No podemos tener una educación privatizada y lucrativa que prioriza el pago antes que su calidad, una salud privatizada que brinda preferencia al que pueda pagar una prueba molecular, frente a los miles que esperan aislados en su domicilio por una atención del sector correspondiente. 

Tampoco un modelo que ha “dulcificado” al trabajador, convirtiéndolo en un “colaborador” que puede ser fácil y “perfectamente suspendido” en aras de la protección del bienestar empresarial. Es decir, un modelo que bajo el cuento del llamado emprendedurismo dejó de lado los derechos laborales más básicos e importantes con la historia a medio contar de millones de autoempleados que hoy no pueden salir a ganarse la vida porque el encierro del aislamiento los obliga a quedarse en casa y que los pone en la disyuntiva de morir de hambre o morir infectado por el Covid 19.

Esta situación es también responsabilidad de las elites políticas y económicas que han producido y reproducido un Estado débil y poco institucionalizado que hoy, pese a contar con recursos económicos, no tiene capacidad para enfrentar de manera integral la crisis actual. 

Estamos pues, frente a una crisis que afecta como nunca a las clases populares y a las clases medias de nuestro país y que piden dejar de lado un modelo que cree que solo basta el crecimiento económico y el “chorreo” es suficiente para progresar.  Un modelo que ha beneficiado principalmente a una minoría que hoy, además, pone el grito en el cielo cuando se les plantea “ponerse al día” con sus deudas o aplicar algún punto más de presión tributaria.

La bandera blanca sobre los techos de las casas de estera de los sectores más pobres del país, es también la bandera de millones de peruanos que nos plantean la necesidad de un gran cambio. Por eso hay que ir más allá de los bonos y canastas, hoy necesarios y urgentes, para permitir que todas y todos los peruanos gocen de los mismos derechos para construir un futuro distinto que nos permitan recuperar la dignidad en tanto ciudadanos de una sociedad democrática, solidaria y de un Estado libre y soberano.

La orientación en el corto plazo debe resumir esfuerzos inmediatamente en un escenario con escasez de alimentos y el incremento de la pobreza.

Para ello se debe tomar los siguientes pasos:

1.- Reestructurar la atención sanitaria: postas centros hospitalarios y hospitales con mayores recursos económicos en medicinas y prevención médica.

2.- Aprobar un plan de inversión pública en agua, saneamiento, luz y conectividad.

3.- Impulsar prioritariamente la agricultura familiar y agroindustria para que sea sostén de la alimentación nacional.

4.- Lucha contra la anemia y la desnutrición.

5.- Fortalecer la entrega de alimentos potenciando el papel de los comedores populares.

6.- Identificación de distritos de riesgo nutricional.

7.- Elaboración y entrega de canasta familiar estándar con alimentos identificados por el Cenan – INS.

8.- Empaquetado de canastas con los productos existentes en cajas transportables (Midis apoyado por un grupo de voluntarios del Banco de Alimentos)

9.- Distribución de las canastas a municipios críticos (Con el apoyo de las Fuerzas Armadas)

10.- Distribución local por municipalidades acorde a padrón.

11.- Descentralización económica y administrativa impulsando un programa de trabajo regional intenso.

12.- Plan estratégico nacional aprobado por el Acuerdo Nacional lo más amplio posible

Solo así, con un acertado giro de tuerca podremos pensar en que la emergencia que nos trajo el Covid 19, nos dio también una oportunidad de reinventarnos como país.

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