Inseguridad ciudadana en San Juan de Lurigancho

El pasado 16 de julio se realizó por segunda vez la denominada “Marcha por la Paz”. El evento reunió a más de 60 mil personas, que partieron del frontis de la Municipalidad de San Juan de Lurigancho y tomaron las calles del distrito hasta llegar al Cercado de Lima. La movilización fue organizada por la comuna y respaldada por distintos grupos sociales, como empresarios del distrito, transportistas y vecinos en general. Es la segunda vez que los pobladores de San Juan de Lurigancho participan de una marcha organizada por la municipalidad distrital. La primera se llevó a cabo a fines de mayo y tuvieron una concurrencia de aproximadamente 50 mil personas.
 
El alcalde del distrito, Juan Navarro, es quien viene liderando estas marchas. Durante la primera marcha, el burgomaestre declaró simbólicamente su distrito en “Estado de Emergencia” y afirmó a los medios que debería haber presencia militar en las calles, en resguardo de la seguridad ciudadana. “Hago un llamado para que ingresen las Fuerzas Armadas, no para reemplazar a la Policía sino para que realicen una labor de prevención” se pronunció Navarro.


 
Inseguridad en cifras
San Juan de Lurigancho es el distrito más poblado de la capital, cuenta con 1’047.725 habitantes y es considerado también el más peligroso, de acuerdo a las últimas cifras emitidas por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Solo durante el 2013 se registraron más de 11,700 delitos entre robos, secuestros y homicidios.
    
Frente a esta situación, San Juan de Lurigancho cuenta con 10 comisarías y apenas 841 policías. Esto quiere decir que tiene un agente por cada 2 mil habitantes. A diferencia de distritos como San Isidro, donde tiene un agente para 250 habitantes; o Cercado de Lima, que presenta por cada 395 habitantes, un policía. San Juan de Lurigancho, a pesar de ser el segundo distrito con mayor cantidad de efectivos policiales, después de Cercado, no tiene la cantidad suficiente de efectivos para garantizar la seguridad en todo el distrito. Teniendo en cuenta que las comisarías deberían tener un mínimo de 125 policías cada una, en San Juan de Lurigancho el promedio es de poco más de 80. Adicionalmente, la modalidad de trabajo de 24x24 reduce aún más el número de efectivos.
 
Pero no es todo. Habría también que destacar que el gran problema de inseguridad que azota al distrito no es el pandillaje sino la delincuencia mayor, de manera particular, las extorsiones por cupos que los hampones cobran a los empresarios y el sicariato. En los últimos meses se registraron 13 víctimas mortales por este delito y al menos 30 casos de extorsión a directores de colegios privados.
 
Maniobra política
La primera marcha contó con la participación rotunda de diversas organizaciones sociales y políticas. No obstante, tras esta segunda movilización, se ha hecho notoria la carencia de un plan de acción para frenar la delincuencia por parte del alcalde. Así, en medio de un panorama de zozobra por la inseguridad ciudadana, las marchas encabezadas por el alcalde Navarro se empiezan a percibir como maniobras políticas que buscan llamar la atención de los medios de comunicación y recibir el apoyo de la población, que en efecto, se encuentra disconforme con la situación que a diario debe enfrentar. Más aún, teniendo en cuenta que el pedido de intervención de las Fuerzas Armadas en el distrito cae en el absurdo y resulta inadmisible, ya que la seguridad ciudadana constituye únicamente competencia de la municipalidad y la policía. Como en anteriores gestiones, todo indica que se trata de un problema que se le va de las manos a la autoridad edil. No debería extrañarnos que en las próximas semanas se convoque a otra marcha y que todavía no se cuente con planes realistas que llevar adelante.
 
Si lo que se quiere es frenar esta ola delincuencial, es necesario que la Municipalidad de San Juan de Lurigancho realice un trabajo coordinado con la policía, para mejorar el deficiente sistema de vigilancia y prevenir la violencia en el distrito. Este trabajo debe incluir, además, a la sociedad civil. San Juan de Lurigancho cuenta con más de 7000 juntas vecinales, que podrían servir como soporte a este trabajo conjunto entre el municipio y la policía. En lugar de construirse más dependencias policiales en las que faltan agentes, se debe invertir en recursos humanos y el fortalecimiento de la labor de inteligencia para desbaratar a las bandas criminales. Basta de convocar a marchas con el fin de obtener solo la atención mediática. Es momento de que la Municipalidad de San Juan de Lurigancho ejecute acciones concretas que realmente contribuyan a restituir la paz del distrito más poblado de la capital.

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