Revocatoria desde Lima hasta Bogotá

A diferencia de la desértica Lima, Bogotá es una ciudad verde donde llueve casi todo el año. Más allá de estas distancias climáticas, Lima y Bogotá comparten algo, ambas ciudades están en camino a ser sometidas a un proceso de revocatoria.

En Lima la revocatoria ha entrado en su recta final. Atrás quedaron la recolección de firmas, las tachas del Jurado Nacional de Elecciones y las primeras escaramuzas entre ambas partes. Por delante quedan menos de 40 días y las campañas por el No y el Si avanzan a toda marcha.

En el caso de Bogotá el proceso de revocatoria está recién en sus etapas iniciales pero las similitudes con el caso de Susana Villarán son más que sorprendentes. Gustavo Petro, candidato del Movimiento Progresista, accedió a la alcaldía bogotana luego de ganar las elecciones locales del 2011 con un 32.22%. Si bien Bogotá viene siendo gobernada por la izquierda desde el año 2004 en el 2011 esta ciudad se vio sacudida por el llamado escándalo del “cartel de contratación”. Fue el propio Petro quien denunció primero presuntos actos de corrupción en las contrataciones de obras en el municipio de Bogotá y luego renunció a su partido, el Polo Democrático, porque sus dirigentes habrían tratado de tapar el gigantesco escándalo de corrupción.

Luego de su salida del Polo, Petro junto a un conjunto de exmilitantes de dicha organización fundó el Movimiento Progresista y terminó convirtiéndose en alcalde de la capital colombiana. Gustavo Petro viene gobernando la capital colombiana desde inicios de 2012 y si logra vencer en la revocatoria lo terminará en diciembre del 2015.

En Colombia son 80 los procesos de revocatoria que desde 1996, fecha en la que la figura de la revocación aparece en su legislación, se han realizado. De esos procesos sólo en 37 ocasiones se cumplieron los requisitos legales para la convocatoria de una consulta popular. En general todas las consultas que se realizaron fueron hechas en pequeños municipios pero en ningún caso llegó a buen puerto. Todas las autoridades sometidas a consulta fueron ratificadas y terminaron su periodo.

Según las leyes colombianas para que una consulta de este tipo se lleve a cabo, los revocadores deben conseguir un número de firmas equivalente al 40% del número de votos obtenidos por el candidato ganador. Además, para que la revocatoria sea válida, deberán votar más del 55% de los votos con los que fue elegido el candidato ganador. Finalmente, ganará aquel que obtenga más del 50% + 1 de los votos válidos. En el caso del alcalde de Bogotá, sus opositores deberán conseguir aproximadamente 290 mil firmas para que el proceso de revocatoria sea convocado. En caso de que esto suceda para que Petro salga del municipio bogotano harán falta 617 mil votos.

Si bien en la recolección de firmas han aparecido un conjunto de pequeñas organizaciones ciudadanas, el diario El Tiempo  señala a Miguel Gómez Martínez, miembro del partido de la U (del ex Presidente Álvaro Uribe) como cabeza de este esfuerzo. En declaraciones dadas para ese medio Gómez Martínez se colocó al frente de la iniciativa, pero simultáneamente negó que en dicha decisión hubiera participado su jefe político Álvaro Uribe. Según Gómez él de manera individual, había decidido embarcar a su partido político en la salida del segundo cargo político más importante del país. Esto resulta difícil de creer cuando según la revista Semana Gustavo Petro ha sido por varios años “el anticristo del uribismo”. Petro fue un fiero opositor al gobierno de Uribe y peor aún uno de los mayores amigos de Hugo Chávez en Colombia. Como se sabe Chávez, fue bestia negra del uribismo, no sólo durante la presidencia de Uribe, sino después de su salida del poder. Desde que inició su carrera política Petro sólo perdió un proceso electoral, el primero en el que participó. El intento de la U y los sectores conservadores por revocar al alcalde de Bogotá parece un temprano intento por cancelar a un posible rival en las próximas elecciones presidenciales.

Así como en el caso de Susana Villarán donde se reúnen los sectores políticos más conservadores, en el caso de Petro, pareciera que el partido de la U, uno de los más conservadores de ese país, estaría buscando activamente la salida del alcalde de izquierda bogotano. Asimismo, el propio alcalde Petro ha señalado que además de Gómez Martínez, hay un conjunto de intereses económicos que se han visto afectados durante su gestión que están buscando recuperar los negocios perdidos. Nuevamente los paralelos con el intento de revocatoria a Villarán saltan a la vista. Sectores conservadores y mafias económicas actuando en pared para revocar a una autoridad política progresista.

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