Regiones: la otra cara de la moneda

La proliferación de casos de corrupción en las regiones ha puesto bajo sospecha el proceso de descentralización en su conjunto.

La proliferación de casos de corrupción en las regiones ha puesto bajo sospecha el proceso de descentralización en su conjunto. Felizmente, hay gobiernos regionales que apuestan por una gestión eficiente y transparente, que avanzan pese al poder absoluto del MEF sobre las finanzas públicas en todos los niveles de gobierno. Ese es el mensaje del libro Los Gobiernos Regionales al inicio de su segunda década, que presenta 46 experiencias de éxito de la gestión pública regional.

La iniciativa fue promovida por la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales (ANGR) e incluye experiencias como la Mancomunidad Regional de los Andes (Apurímac, Ayacucho, Ica, Junín y Huancavelica) o el Consejo Interregional de la Selva (Amazonas, Loreto, Madre de Dios, San Martín y Ucayali), dos esfuerzos de articulación que enfrentan con éxito problemas comunes como la pobreza extrema, la desnutrición crónica infantil y la anemia.

Asimismo, están incluidas nueve experiencias dedicadas a la educación, como la mejora de los modelos de gestión educativa en las regiones de Amazonas, Moquegua, Piura y San Martín; la aplicación de tecnologías educativas en Moquegua, Tacna y Lima Provincias, o la coordinación entre el gobierno regional de Huancavelica y el programa Beca 18, que ha permitido que cientos de estudiantes de esa región accedan a educación superior de calidad.

CORRUPCIÓN

La investigación no rehúye la corrupción en las regiones, tema que se afronta con autocrítica y actitud constructiva. Reconoce, entre otros, que uno de los factores más influyentes es la herencia de corrupción de un Estado con una larga historia de corrupción y clientelismo. Al respecto, el presidente saliente de la ANGR Alonso Navarro señaló que la publicación busca que las autoridades electas asuman el compromiso de profundizar la descentralización corrigiendo los errores y multiplicando los éxitos obtenidos.

Durante la presentación, Violeta Bermúdez, de ProDescentralización, subrayó el papel de la ANGR como órgano de coordinación y cooperación entre las regiones a falta del Consejo Nacional de Descentralización, desactivado en el 2007 durante el gobierno de Alan García. En ese sentido, instó a no descalificar el trabajo de los gobiernos regionales por casos puntuales de corrupción, que deben ser procesados y juzgados.

Juan de la Puente, en cambio, fue más pesimista frente al tema. El consultor del PNUD considera que la corrupción se ha recreado debido a que las élites regionales no han resultado ser mejores que las nacionales y que la deslegitimación política de estas se deja ver en el alto índice de ausentismo en los últimos procesos electorales, sobre todo en el Cusco, una de las regiones más beneficiadas con el canon.

DESAFÍOS

La publicación, a la par que un resumen de los logros de 21 gobiernos regionales del país, es una mirada al futuro de un proceso permanente e irreversible como el de la descentralización. Entre las propuestas encontramos la reforma del sistema de control y rendición de cuentas así como el impulso del reordenamiento territorial, temas impostergables para un mejor desempeño de los gobiernos regionales.

Asimismo, advierte de una recentralización de los recursos y competencias de las regiones. El congresista Manuel Dammert, presidente de la Comisión de Descentralización del Congreso, refirió que esta es una de las principales amenazas a la descentralización pues en la práctica es el Ministerio de Economía y Finanzas el que tiene la última palabra en asuntos como las transferencias, efectuadas con total discrecionalidad y que convierten a los gobiernos regionales en meros “tramitadores de obras”.

Todos los actores involucrados coinciden en que el proceso de descentralización debe ser continuado y profundizado, pues está demostrado que las desigualdades son resistentes allí donde no hay presencia efectiva del Estado. Sin embargo, es imprescindible que esta vaya acompañada de una reforma del Estado, a la que no puede ni debe sustituir y que está en manos de las autoridades nacionales.

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