La marcha contra Keiko y el narcoestado

La marcha contra la candidatura de Keiko y la posibilidad que se instaure un régimen ligado al narcotráfico, la corrupción y la violación de derechos humanos, ha sido una de las más grandes que se haya visto en los últimos años, con una participación estimada en cien mil personas de diferente pensamiento político y de todos los estratos sociales. 

En la movilización organizada por el colectivo “Keiko no va” quedaron de lado las ideologías. La motivación de los miles de ciudadanos que marcharon de manera pacífica, fue rechazar la amenaza que representa el fujimorismo y la vuelta de la mafia que en los años 90s tomó por asalto el país e instauró un régimen en el que se robó millones de dólares, se violaron los derechos humanos, se asesinó y desapareció a los enemigos del régimen y se esterilizaron a miles de mujeres contra su voluntad.

Un grito que retumbó el centro de Lima, y se escucho en todo el país e incluso en el extranjero con réplicas de las movilizaciones en diferentes países del mundo, fue el rechazo rotundo a la posibilidad de que se instaure un narcoestado, debido a la presencia de personajes ligados al narcotráfico en el partido que representa Keiko Fujimori, quien tiene detrás suyo tiene a su padre Alberto Fujimori y a su asesor de siempre Vladimiro Montesinos (ambos presos por corrupción y violaciones de los derechos humanos).

A tres días de la segunda vuelta, la conciencia cívica electoral de manera crítica viene tomando posición frente a las dos candidaturas que disputan la presidencia en esta segunda vuelta. Casi todos los actores políticos que apuestan por la continuidad de la institucionalidad y la democracia se han manifestado a favor de PPK y rechazan de manera contundente la sola posibilidad que se instaure el régimen fujimorista que años atrás desfalcó el Estado.

La marcha multitudinaria y contundente de los miles de jóvenes, que tuvo el apoyo de organizaciones defensoras de los derechos humanos, gremios sindicales, de los universitarios y de los partidos políticos, tiene el mérito de despertar del letargo a miles de ciudadanos que no reaccionaban frente a la millonaria campaña de clientelaje (cuyo financiamiento es un misterio) del fujimorismo.

Ha hecho bien Verónika Mendoza en sostener que hasta el último día antes de las elecciones (5 de junio) emprenderá una campaña para hacer recordar a la ciudadanía lo que significa el fujimorismo y el daño que le hizo al país con su política de corrupción y su estilo autoritario.

El mensaje de la marcha ha sido el de no claudicar en la lucha por impedir que Keiko Fujimori gane las elecciones, pero también que los miles de ciudadanos que marcharon de manera pacífica en el centro de Lima y colmaron la Plaza Dos de Mayo, no están avalando a Pedro Pablo Kuczynski y su programa económico que tiene muchas coincidencias con el de Keiko Fujimori debido a que responden al mismo modelo económico neoliberal.

La multitudinaria movilización significa que hay una voz juvenil vigilante, que se atreve a salir a las calles y puede expresarse sin temores y sin violencia. Por ahora el objetivo es evitar que la hija del reo Fujimori llegue al poder; sin embargo PPK también esta notificado que si llega al poder tendrá que escuchar la voces de los sectores más necesitados, si es que no quiere que las masas que hoy lo pueden llevar al poder, mañana salgan a las calles para expresarle su rechazo.

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