La mafia hace lo que quiere

Cuando en diciembre del año pasado, el Presidente Alan García decidió otorgarle el indulto presidencial a José Enrique Crousillat, la indignación de todos aquellos que consideran necesario combatir a la corrupción con mano firme y sanciones pertinentes, fue suma.

El escandaloso indulto fue rebatido por una serie de especialistas jurídicos y analistas políticos que encontraron una serie de “peros” en este indulto, como el hecho de que el informe médico del INPE no fue incluido en el expediente en el cual se basó el argumento presidencial para conceder el indulto a Crousillat. En dicho informe se afirmaba que José Enrique Crousillat gozaba de buena salud y debía reingresar al penal.
Sin embargo, en aquel momento, tanto el Presidente García como el Premier y el Ministro de Justicia cerraron filas afirmando que el indulto otorgado era una medida perfectamente regular, legal y necesaria. Luego de los ampays a Crousillat en Wong de Asia, o su reciente almuerzo en la Costanera 700 y su intención judicial de retomar el Canal 4, el gobierno no ha podido mantenerse callado frente a lo que fue, desde un inicio, un error grave o, peor todavía, el impulso a una ofensiva mafiosa. Pero, la respuesta del gobierno ha sido de película y resulta inverosímil pues ¿quién puede creer que Alan García ha sido burlado y sorprendido? Este es un argumento similar al que defiende el condenado Alberto Fujimori cuando afirma que no tenía idea de lo que ocurría, bajo sus narices, por órdenes de su asesor Vladimiro Montesinos.
Ahora bien, resulta necesario recordar que José Enrique Crousillat fue condenado por vender la línea editorial de Canal 4 a la dictadura fujimontesinista, vale decir, participó de la dictadura fujimontesinista activamente y recibió el dinero de nosotros, de todos los peruanos, para cooperar con la mafia corrupta que se encontraba en el poder. ¿Cuál fue la cifra? 619 mil dólares mensuales que cobró durante un largo periodo. La entrega de este dinero la vimos en un vídeo en que padre e hijo reciben los fajones de billetes de todos los peruanos. Por otro lado, Crousillat debe 80 millones de soles por reparación civil que no ha pagado todavía. ¿Cómo es posible que este delincuente se encuentre libre y burlándose del sistema judicial y de los peruanos al mostrarse en público sin ningún pudor? La actitud de este culpable evidencia que siente que todo ha vuelto a ser como antes. ¿Qué hacer para que el indulto sea anulado?
José Ugaz, especialista en el tema de esta mafia, afirma que el indulto concedido a Crousillat podría anularse si se comprueba que el origen del mismo estuvo viciado. Esto resulta posible pues basta que el Presidente cree una comisión para revisar los documentos médicos y, de ser necesario, anular el indulto. Por otro lado, el ex procurador Antonio Maldonado ha propuesto una cruzada internacional para revocar el indulto y afirma que la intención de Crousillat de retomar el canal 4 sobre todo de cara a las elecciones del 2011 es un hecho grave.
No podemos permitir que el sistema judicial siga sufriendo tropezones de todo tipo y que delincuentes puedan seguir libres con el amparo gubernamental. Es preciso que este indulto sea revocado, para lo cual debe seguirse el debido proceso, y evitar las opiniones de aquellos que desean blindar este hecho y argumentan que el indulto es irrevisable. Esto es falso. Finalmente, invocamos al Presidente García a tomar cartas en el asunto pues no podemos permitir que los personajes involucrados en la mafia fujimontesinista retornen a sus puestos como si nada hubiera pasado y, lo que es peor, que lo hagan bajo el amparo de un Presidente que no parece dispuesto a combatir la corrupción.
 

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