La declaración de Política Fiscal del MEF

A diferencia de años previos, el último Marco Macroeconómico Multianual 2011-2013 (MMM) presenta una declaración que contiene los principales lineamientos de política fiscal planteados por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). A continuación, pasamos a desarrollar una breve revisión de éste.

 
El primer objetivo planteado en el documento es la estabilidad macroeconómica como condición necesaria para garantizar tasas sostenidas de crecimiento cuyo efecto sea mayores puestos de trabajo y reducción de la pobreza. Sin embargo, hay que dejar en claro que la concepción de estabilidad macroeconómica planteada por el MEF se circunscribe a la lógica de medidas implementadas en los noventa. Estas medidas se caracterizan por privilegiar el recorte del gasto como mecanismo de ajuste fiscal dejando de lado la opción de generar mayores ingresos.  
 
Lo realmente importante en una coyuntura como la actual es aprender las lecciones de la crisis internacional. En ese sentido, este último escenario de stress económico desnudó la fuerte dependencia del crecimiento respecto a la situación externa. Basta con revisar la drástica desaceleración de la tasa de crecimiento de 9.8% a 0.9% de 2008 a 2009. Cuyo principal determinante fue el deterioro de los términos de intercambio. Por lo cual quedan pendientes políticas en dirección de reducir la alta vulnerabilidad a shocks externos de nuestra economía. Al parecer aún no hemos aprendido o no queremos aprender la lección.
 
Un segundo objetivo es el referido al de mejora en la competitividad económica. De acuerdo al documento del MEF, se persigue que el país obtenga el mejor clima de negocios en América Latina. Sin dudas que el factor subyacente detrás de este objetivo es la promoción de mayor inversión extranjera. En este sentido, resulta muy importante pararse un momento a pensar en el rol de la Inversión Extranjera Directa (IED) en la economía nacional y sobre todo cómo ésta contribuye o no a un crecimiento económico endógeno (auto-sostenido).
 
Al respecto un estudio de Donayre  muestra que si bien es importante generar las condiciones que incentiven un mayor arribo de IED lo importante es ir más allá y analizar la construcción de vínculos entre la IED y la economía local. El estudio señala que para el caso de la IED que se dirige hacia los países subdesarrollados los resultados en el crecimiento son mixtos como producto de la transferencia tecnológica.
 
Se plantea que dicho resultado se debe a dos factores. Por un lado el tipo de IED que llega a un país. Si dicha inversión está orientada principalmente a la exportación (gas y minería en el caso peruano), entonces su principal incentivo es la segmentación del proceso productivo con la finalidad de reducir costos, por lo cual no hay interés alguno por el tamaño del mercado interno. El segundo factor es  la capacidad de absorción tecnológica del país receptor de la IED. Este segundo aspecto pasa por el nivel de capital humano que posea la economía destinataria cuyos determinantes son una mejora en la educación y la capacitación laboral en el país.
 
En ese sentido, las autoridades deberían reflexionar con respecto a una política de incentivos para un mayor influjo de inversión en sectores que posean mayores vínculos con el mercado interno. A la par de políticas que prioricen una mayor capacitación de nuestra mano de obra.
  
Un tercer objetivo que plantea la declaración del MEF es el aumento de la recaudación tributaria. Este objetivo fiscal se sigue repitiendo cual disco rayado por parte de nuestras autoridades año tras año. Lo concreto es que este punto siendo el más importante -por sus efectos redistributivos- es en el que menos hemos avanzado. Incluso en el MMM el MEF se plantea como objetivo para el 2013 llegar a una recaudación de 15.5% del PBI, cuando el promedio en los últimos años ha sido de 15%. Meta chata que desnuda el desdén por hacer efectiva una verdadera reforma tributaria. Tengamos presente que uno de los objetivos firmados en el  Acuerdo Nacional en 2005 era elevar la presión tributaria hasta alcanzar el 18% del PBI.  Además que en 2008 la recaudación tributaria en Brasil ascendió a 26%, en Argentina 25.5% y en Chile fue 20%. Al respecto, hemos planteado un conjunto de propuestas en nuestro último suplemento publicado en La República. ¿Por qué tanto temor por hacer efectiva una reforma tributaria en el país? 
 
Esta declaración del MEF continúa en la dirección de política fiscal asumida en los últimos años. No se preocupa en plantear metas relevantes como pasar a objetivos fiscales estructurales, ni tampoco metas ambiciosas en la recaudación fiscal que son sumamente necesarias para que el Gobierno pueda cumplir a cabalidad con sus obligaciones fundamentales. 

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