El domingo de la semana pasada, en el diario El Comercio se publicó una entrevista realizada al Cardenal Juan Luis Cipriani, personaje polémico que ha protagonizado noticias recientes, debido al conflicto en la Universidad Católica donde busca ejercer un poder que podría perjudicar a una de las universidad con mayor reputación en el país.Revisemos la entrevista a este personaje ya que hay afirmaciones que vale la pena analizar.
 
Del Cardenal Cipriani se recuerda siempre su poco interés por la defensa de los Derechos Humanos. Este desinterés no se reduce a la frase que publicó Caretas hace varios años, cuando el entonces obispo de Ayacucho dijo “He salido al frente de los pobres y de los que han masacrado en esta ciudad. Y durante este trajín no he visto a los de la Coordinadora de Derechos Humanos, esa cojudez…”; sino que se puede percibir en las acciones que el Cardenal ha defendido desde siempre.
 
Recordemos, por ejemplo, que durante los años más difíciles del conflicto armado interno, Cipriani colocó en el Arzobispado un cartel que rezaba lo siguiente: “Aquí no se reciben casos de derechos humanos”. A esto sumémosle su apoyo a la dictadura fujimontesinista, su lenguaje coprolálico en diversos eventos, su rechazo agresivo contra los organismos defensores de los derechos humanos, su participación constante en temas políticos a favor de las posiciones más conservadoras del país (como la pena de muerte, contra lo que decía la propia Conferencia Episcopal), etc. 
 
En la entrevista, Juan Luis Cipriani ha buscado despercudirse de acciones que ha defendido argumentando medias verdades. Por ejemplo, afirma que la Comisión de la Verdad no lo convocó oportunamente para rendir sus declaraciones; sin embargo, es preciso aclarar que Cipriani arguyó que estaba de viaje para no declarar nunca ante la CVR. Si consideraba tan importante que sus declaraciones fueran escuchadas, ¿por qué no quiso declarar en su momento? Y, lo que es más importante ¿por qué no coordinó luego de su “viaje” una entrevista con la CVR? Aún así, la CVR se basó, para su informe, tanto en hechos y testimonios como en las propias declaraciones orales y escritas del Cardenal Cipriani en medios.
 
Por otro lado, El Comercio resalta en la entrevista “El Cardenal no se va a callar” haciendo alusión así a sus desafortunadas declaraciones políticas que son realizadas desde el altar.  De esta manera su cuestionada participación política es además de pasada por alto, aplaudida. Pero, además, se trata de declaraciones agresivas que no debieran ocupar una homilía religiosa como cuando cuestionó a la CVR en un Te Deum por fiestas patrias a lo cual el mismo  Presidente entonces, Alejandro Toledo, contestó de manera contraria al decir “no es pertinente politizar la Iglesia”.

Finalmente, el cardenal abordó el tema de la Universidad Católica (PUCP) afirmando que las pensiones eran un poco elevadas y que el patrimonio de Riva Agüero debiera subvencionar tanto las pensiones como los sueldos de los docentes. Lo que el Cardenal no dice es que la mayor parte del patrimonio de Riva Agüero fueron bienes inmuebles, algunos de los cuales fueron vendidos para mejoras de la misma PUCP. Pero además, la finalidad del testamento no es subvencionar pensiones o sueldos pues eso corresponde a la decisión administrativa de la universidad.
 
El Cardenal Cipriani evidencia mucha demagogia en la entrevista realizada y, en el caso particular de la PUCP, quiere hacernos creer que además, se trata de un asunto netamente jurídico. Pero no es un tema legal, sino fundamentalmente ideológico dado que el Opus Dei y los sectores más conservadores de la sociedad han buscado siempre callar a quienes abogan por la pluralidad y el libre pensamiento. Este es el motivo de preocupación en torno a la sentencia del Tribunal Constitucional que le permite al Cardenal Cipriani entrar en esta universidad que, como afirma Henry Pease, no es producto de sus bienes o su herencia, sino del trabajo de los  docentes, el personal administrativo y los estudiantes. De igual manera, como afirma Pepi Patron¹, la libertad es un requisito fundamental para que se desarrolle educación de calidad. ¿Qué libertad, entonces, garantiza Juan Luis Cipriani?
 
¹ Le Monde Diplomatique No 37. Junio 2010