Junta de Gobernadores del FMI y BM: Una cachetada a la pobreza

De acuerdo al último informe presentado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), “Perspectivas de la Economía Mundial: Ajustándose a menores precios de las materias primas”, durante la Junta Anual de Gobernadores realizada en nuestro país, el crecimiento económico nacional para este año sería menor del esperado, apenas 2.4%, y no de 3% como se creía. Asimismo, se ha determinado que en el 2016 se crecerá en 3.3% y no en 4%, como lo señalara en sus proyecciones del mes de julio dicha institución.

Las cifras de la región y a nivel global tampoco son nada alentadoras. Se ha previsto que la economía de América Latina y el Caribe caiga un 0.3% mientras que a nivel mundial solo se crecería 3.1% este año. Esas fueron algunas de las proyecciones expuestas a las 188 delegaciones que acudieron a la reunión económica más grande que el país haya organizado. La junta se llevó a cabo entre el 5 y 12 del presente mes y llama la atención el gran despliegue realizado por sus organizadores. La atención a los visitantes fue de lujo, en medio de una inminente crisis económica mundial. ¿Cuánto dinero invirtió nuestro país para recibir tan malas noticias? Solo en infraestructura para el evento estamos hablando de más de 9 millones de soles. A continuación, el detalle.

Despilfarro público

Si bien las delegaciones extranjeras disfrutaron de su estadía en los mejores hoteles de la capital y fueron agasajadas con la mejor atención, lo que más destaca es la fuerte inversión que se realizó en los últimos meses para la edificación de los espacios destinados a las sesiones plenarias. Lima no contaba con un centro de convenciones a la altura del evento y por eso se decidió la construcción del actual Centro de Convenciones 27 de Enero, ubicado en el distrito de San Borja. El recinto, construido sobre un terreno de 10,676 metros cuadrados, cuenta con salas de eventos, áreas administrativas, áreas de servicios y circulación, espacios públicos y lounges, salas VIP, áreas de prensa y centros de negocios, con capacidad para albergar cerca de 10 000 personas. El monto inicial de inversión para la construcción del moderno centro de convenciones fue de S/. 492 millones.

Pero hay más. Al lado de este recinto, en plena avenida Javier Prado, se construyó  una nueva sede del Banco de la Nación. Se trata de un edificio de 30 pisos, con una extensión de 66 580 metros cuadrados cuyo monto de inversión ascendió a S/. 412 millones. Este megaproyecto fue encargado a COSAPI, sin licitación pública de por medio. Una movida sospechosa que despierta el desconcierto en tiempos de austeridad económica.

Si sumamos ambas inversiones obtenemos un total de S/. 904 millones, sin incluir demás costos operativos. Una fuerte cantidad de millones que pudieron invertirse en otras áreas, con mayor impacto social. ¿Qué hubiera pasado si dicha suma se hubiera destinado a la salud pública por ejemplo? Sin duda, contaríamos con un mejor servicio de salud, se hubiera ampliado la cobertura y se recibiría una atención de calidad. Pero no podemos darnos ese lujo.

Adicionalmente, habría que destacar el nivel operativo y logístico del evento. Ambos edificios estuvieron perfectamente acondicionados, con lo último en tecnología: desde pantallas gigantes hasta traductores en cada sala. No cabe duda que se buscaba generar la mejor impresión en los visitantes, por eso el Ministerio de Economía y Finanzas venía organizando esta reunión desde el 2013. Ahora, cae de madura la pregunta, ¿qué pasará con semejantes construcciones? ¿Se ha previsto el costo de mantenimiento que implica una edificación de esa magnitud? Posiblemente, ahora que acabó el festín se tenga que concesionar a un tercero.

Tanto lujo y comodidad fueron solo una ilusión. Mientras que el gobierno considera que ha cumplido con los altos estándares mundiales tras el evento y que Lima se encuentra en camino a convertirse en  la capital latinoamericana de las convenciones, el país convive aún en medio de la pobreza. Es en momentos como este, cuando vemos que el Perú enfrenta su más alto grado de inequidad: el despilfarro frente a la miseria. La postal que nos dejó la Junta de Gobernadores y que grafica claramente esta situación estuvo a cargo de la agencia EFE. Este medio se encargó precisamente de mostrar la otra cara de Lima, en el marco de la celebración: un muro que separa a Las Casuarinas del sector más pobre de San Juan de Miraflores, otra de esas construcciones sin sentido y que nos recuerda cuál es la real situación que atraviesa la mal llamada “estrella económica” de la región.

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