Pablo Najarro Carnero
Ha habido tantos momentos en nuestra historia política que podíamos decir “más bajo no podemos caer”. Se consumó lo impensable. Eran las irreconciliables antípodas políticas. Jamás se nos podía ocurrir que Keiko y Vladimir se unieran por razones “cualitativas” (Flavio Cruz dixit). Los principios, el honor, se fueron a la merde.