Escopeta (económica) de 2 cañones

Por: 

Francisco Durand

La escopeta de dos cañones es una noción de uso frecuente en la política. Intenta explicar una doble intención, la declarada (para engañar con un falso anuncio) y la no declarada (que al final hace que intereses privados y políticos puedan beneficiarse del enredo). Pienso, tentativamente, que el concepto se puede aplicar a casos económicos, aunque no se conozcan todos los detalles. La hipótesis, difícil de comprobar pero útil, es como sigue: políticos de alto vuelo (presidentes, ministros) provocan un susto político y enturbian las aguas con doble juego para que alguien (pueden ser más de uno, empresario y político) resulte beneficiado. 

28 de julio de 1986. El presidente García anuncia la nacionalización de Leche Gloria mientras ocurren reuniones privadas entre los hermanos Vito y Jorge Rodríguez para comprarle acciones a Nestlé. El 4 de agosto de ese año se cierra el acuerdo que le permite a los Rodríguez controlar la principal empresa láctea del país. Sobre esa base se convierte en un gran grupo. 

Julio del 2009. El país discute un proyecto de Jorge del Castillo para limitar a 40,000 hectáreas la tenencia de tierras en la costa. El grupo Rodríguez (que pasaba de 27 mil con Casa Grande, Sintuco y Chiquitoy, y estaba a punto de comprar San Jacinto con 12 mil h) protesta y se preocupa. El grupo Oviedo (su rival en Pomalca y Tumán, donde no tiene pleno control de 26 mil h), temeroso de que los Rodríguez lo saquen del camino, lo ve bien. Al final, el APRA desiste del proyecto. En septiembre del 2010 Jorge Rodríguez habla con el Presidente: “Vamos a invertir fuera”, le dice. “No, no hagan eso” (Poder, sept. 210, p. 47). Al final resultó ganando el grupo Oviedo y los Rodríguez, como mínimo, se pegaron un susto. El caso DoeRun puede también encajar aquí. 

Me pregunto si este gobierno no estará haciendo lo mismo con PetroPerú, que debe entrar a producción, pero cuyo directorio está limitado luego de que el ministro Castilla le pusiera una camisa de fuerza. Entre tanto, varios privados van a entrar en dos buenos lotes de petróleo ligero en el norte. Estas hipótesis están por comprobarse, pero algo sabemos. Se trata de un juego de ganadores y perdedores, donde existe un claro ganador privado y donde es posible que el político (el jugador principal y más misterioso) también gane o el privado ganador le tenga una eterna deuda de gratitud. 

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