Los sobresaltos en torno a la liberación de Osman Morote

Por: 

Isabel Coral Cordero

Ha sido sorprendente la sobrerreacción de determinados sectores de población respecto de la liberación del senderista Osman Morote, si bien eran previsibles algunas reacciones espontáneas ya sea por miedo, desinformación y hasta por manipulación, lo que vimos realmente fue una especie de campaña, bastante estructurada y sostenida.

Lo que ocurrió con Osman Morote, no es una situación especial que justifique una reacción tan desproporcionada. El 2013, cumplió la totalidad de su condena, 25 años, en esa ocasión fue puesto en libertad como correspondía, pero aduciendo procesos judiciales aún pendientes, resolvieron imponerle una prisión preventiva en el máximo plazo, 36 meses. La semana pasada se cumplió también este plazo adicional, a mi juicio arbitrariamente se determina arresto domiciliario, cuando debió ser puesto en libertad. Como se puede observar no se trata de una liberación efectiva y por el contrario, se han cometido una serie de irregularidades no ajustados a Ley. Lamentablemente nuestra frágil democracia no ha logrado aún institucionalizar que todos somos ciudadanos y somos iguales ante la ley.

Entonces es evidente que se ha instrumentalizado el caso Osman Morote para fines políticos. La primera parte de esta campaña, estuvo orientada a refrescarnos sesgadamente lo que significó el terrorismo en el país, pretendiendo fijar en nuestra memoria que los senderistas son los “villanos” exigiendo para ellos las más severas sanciones incluso más allá de la Ley. Simultáneamente se impulsa un proceso desbocado de exaltación del rol heroico de las fuerzas del orden, proponiendo oficialmente por el mismísimo presidente del Congreso de la República, un proyecto de ley de amnistía que los exonere de sus responsabilidades en los procesos legales abiertos contra ellos. Es decir impunidad para sus crímenes.

Al respecto debe quedar muy claro que el terrorismo y los hechos y crímenes de violación de Derechos Humanos que vivimos, entre 1980 y el 2000, si bien tenemos que reconocer que se inicia por voluntad del PC Sendero Luminoso, también tenemos que recordar que los cerca de 70 mil víctimas fatales, se perdieron principalmente por responsabilidad de Sendero Luminoso (54%), pero también por las fuerzas del orden (37%), en realidad no son responsabilidades menores y no muy distantes y muy parecidos en los métodos. En tal sentido es un despropósito pretender canjear las buenas acciones de nuestras fuerzas de orden por los crímenes que cometieron, como fue sugerido por el presidente del Congreso, que no es una voz aislada. En la perspectiva de la reconciliación, todos estos hechos y crímenes deben ser judicializados y los responsables deben pagar sus deudas con la justicia y la sociedad de acuerdo a ley, cumplidas sus sanciones sus derechos tienen que ser plenamente restituidos.

Esta extraña campaña en su parte final, pretende vendernos la idea de que el terrorismo crece y regresa con fuerza, el Doctor Marcos Ibazeta, alarmado, declara en un medio “el senderismo regresa y está más fuerte que nunca”; también nos recuerdan quienes nos salvaron del terrorismo, presentando reseñas de los actos heroicos de nuestras fuerzas del orden, combinada con algunos actos de reconocimiento a las instrucciones castrenses y sus respectivas cúpulas, muy oportunas para el momento.

Al respecto, tenemos que afirmar que no existe terrorismo en el país, pero si como terrorismo se refieren específicamente a la presencia senderista, es verdad que en el VRAEM existe un pequeño grupo de los Quispe Palomino de la Corriente Proseguir, con una débil presencia también en algunas bases del movimiento magisterial, los Conare Movadef. Aprovechando algunas ventajas como su conocimiento del territorio y la experiencia acumulada, desarrollan algunas acciones militares. No entendemos por qué no han sido erradicados a pesar del tiempo transcurrido, más aún si consideramos que en el VRAEM existe un destacamento permanente de 10 mil efectivos de todas las armas, ¿a quién o quiénes es funcional la sobrevivencia de este grupo?

Con relación a nuestros salvadores del terrorismo, el discurso ha ido variando interesadamente. Inicialmente era consenso que la propia población y sus organizaciones nos habían dado una lección de democracia y ciudadanía derrotando al terrorismo con el apoyo de los destacamentos locales de las fuerzas del orden. En un segundo momento para manejar la fuga y el juicio, había que empoderar al gobierno fujimorista y en especial a Fujimori como el salvador. En las últimas campañas electorales convenía extender el título de salvadores al fujimorismo y su heredero Fuerza Popular. Finalmente en la presente campaña se han virado los reflectores hacia las cúpulas castrenses. 

No es nuestra intención desconocer el aporte de diferentes actores en esta lucha, reconocemos el importante trabajo del Grupo Especial de Inteligencia del Perú - GEIN en la captura de Guzmán y la cúpula senderista, así como el operativo complejo e inédito de Chavín de Huantar, admirada inclusive internacionalmente. Pero es necesario precisar que no fueron las cúpulas militares o policiales, ni Fujimori, ni el fujimorismo y menos Fuerza Popular, los que sostuvieron el rol central en la derrota estratégica del terrorismo, fueron los campesinos, comuneros indígenas de la sierra y la selva los que pusieron la cara y la vida día a día por espacio de casi dos décadas, con un costo social muy alto, es por todos conocido que el 79 % de víctimas fatales corresponden a este segmento de la población.

Finalmente, el terrorismo no está en alza, ni será necesario el retorno de los heroicos salvadores, tal como lo ha señalado Carlos Tapia y otros especialistas, hoy la amenaza principal es el MOVADEF, que se ha constituido en el partido político más grande del país, con 350 mil inscritos y con capacidad de movilización y acción política que podría fortalecerse más aún si consolida sus alianzas con los extremistas y antisistema de todos los signos; lamentablemente no se ha podido sancionar su situación legal a pesar que se declaran explicita y abiertamente seguidores del pensamiento Gonzalo. El reto es derrotarlos y será en el terreno político e ideológico, el papel central será de los partidos políticos, la ciudadanía y sus organizaciones.

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