América morena gira a la izquierda

Por: 

Gonzalo García Núñez

El profesor Pedro Castillo Terrones ha sido elegido presidente de la República del Perú al obtener la mayoría durante la segunda vuelta de la votación popular. ¿Algo en común con el resto de América Latina en este año? Si, otra victoria de la izquierda progresista en los comicios de muchos de nuestros países. 

En efecto, México de 119.7 millones de habitantes, hace una semana, había elegido a sus 500 diputados federales en sufragios intermedios-donde MORENA de AMLO, en ejercicio, guarda la primera mayoría con 197 parlamentarios propios. Y logra la mayoría absoluta (la mitad más uno de los integrantes de la cámara) en coalición con el partido de los verdes y el partido del Trabajo.  

También MORENA de AMLO gana 16 de 32 gobernaturas estatales, vence y/o renueva o mantiene el poder en numerosas alcaldías de las principales ciudades y barrios de la Federación. (También dejara de gobernar en algunos casos puesto que La ciudadanía democrática sanciona la mala gestión de algunos de sus militantes). Sufragio efectivo, No reelección es el lema que inspira la revolución mexicana de 1910, el grito de Ayala. 

Al sur del Rio grande, hace pocas semanas atrás, los ciudadanos de Chile eligieron a sus representantes para las Alcaldías, consejeros, gobernadores regionales (primera vez) y lo más político, a los 155 integrantes de la próxima cámara redactora de una nueva constitución en la que hay 17 plazas reservadas para pueblos originarios. De un padrón de 14.976 millones de electores hábiles, el 41% asistió al voto constituyente. Las izquierdas y los independientes recibieron mas de la mitad de la votación y vencieron en los cómputos subnacionales y ediles, caso de Santiago capital que escogió a una calificada militante del partido comunista. Bolivia tuvo un triunfo concluyente al elegir a Luis Arce como su presidente y renovar su staff político,

Con Bolivia, Perú, Chile y México juntos son millones los que mirando el Pacifico refuerzan la posibilidad de un gran cambio afirmativo de grandes espacios de intercambio que formen un nuevo modelo de desarrollo productivo, político, ambiental y cultural necesario para retomar el rumbo de la unidad latinoamericana. 

La lucha decolonial abre una agenda de afirmación productiva en la economía, la cooperación social y la liberación de los obstáculos que impiden la expresión de nuestras identidades pluriculturales. 

Este resultado habría sido, en el Pacifico, un magnifico cuadruplete si Arauz, el candidato de la izquierda democrática ecuatoriana hubiese sido electo presidente. Peleó una ajustada y dura contienda (48%) de segunda vuelta contra el banquero Lasso (52%).  Pero el debate electoral, a pesar de los resultados, demostró que más o menos la mitad de la población de nuestro vecino del norte suscribe la voluntad integracionista subregional. Sobre todo, la contenida en el Acuerdo de Cartagena. El que dio nacimiento a la Comunidad Andina de Naciones cuya sede sigue en Lima y luego sirvió de ejemplo con otras instituciones, como el MERCOSUR, UNASUR, CELAM, ESCAZU, FLAR, CAF. 

Nótese que la región está a la espera del desenlace brasileño cuyos 203 millones de habitantes deben superar la pandemia con los recursos que tienen y en el futuro inmediato gracias a la reconocida capacidad de gestión social de Lula Da Silva, si llega a inscribirse. Además, la región tiene comprobadas experiencias de nuevo liderazgo. Es el caso de Alberto Fernández de Argentina que ha sabido enfrentar la dureza de la crisis heredada del modelo neoliberal y ha tenido resultados positivos, no sin dificultades, en la gestión productiva, el aliento a la inversión privada y pública, la multiplicación de los empleos.

El impacto negativo de la pandemia es un trazo compartido por pueblos, estados y naciones del continente. Una inesperada circunstancia útil para la cooperación regional, señala el emblemático uruguayo José Mujica, es la fabricación de vacunas para atender las necesidades a través de los acuerdos regionales de ciencia, tecnología e innovación. 

Hecho al que se suma la feliz coincidencia temporal con el programa económico reactivador anunciado por el presidente BIDEN.  En ciernes hay una nueva política económica y monetaria norteamericana que promete una fuerte inyección de recursos presupuestales al empleo y el crecimiento, el uso de moneda central para impulsar la más rápida expansión del gasto sin limitaciones inflacionarias. Del estiramiento de la demanda y en especial del consumo privado depende la salida a la crisis de los EE.UU. que Biden impulsa mediante un vigoroso golpe a la productividad y el empleo. El efecto inmediato de estos anuncios ha sido la tensión positiva de los precios de los macro insumos globales de la actividad productiva, energía, cobre, metales, litio, nanomateriales. Lo que incrementara los saldos comerciales favorables de los países de la región, sus empresas y trabajadores, siempre y cuando se opere mediante un acuerdo compartido de los beneficios del programa reactivador.

Pocos dudan, al terminar, que los próximos comicios colombianos encontraran en la pelea a numerosos contingentes de la izquierda progresista del país de Gabo, el inmortal Nobel Gabriel García Márquez.  Mientras tanto, en la gestión del Estado, seguirán dirigiendo políticas públicas en respuesta a la crisis, unos como en Argentina o Bolivia, otros tendrán fuerte participación en el gobierno de los Estados de la República Federativa del Brasil y habrá presencia en los centroamericanos y del caribe. En suma, la izquierda progresista y democrática, la del grupo Internacional de Puebla, habrá encontrado un camino compartido mediante la cuarta gran transformación de sus sociedades en respetuosa consulta democrática y periódica de sus ciudadanos.