¿Política cambiaria populista?

Por: 

Germán Alarco

Se afirma que una política económica es populista cuando su perspectiva es exclusivamente de corto plazo y favorece sólo a sectores económicos y sociales específicos. Es una definición polémica pero podría aplicarse al manejo cambiario del Banco Central de Reserva (BCRP) de los últimos años. El consenso internacional es que la mejor política cambiaria para una economía como la peruana es mantener un tipo de cambio real alto, para de esta forma evitar la desprotección de los sectores productivos internos y dar una señal clara a los exportadores. En el Perú sólo se trata de evitar su “excesiva volatilidad”.

Se dejó que la moneda nacional se apreciará hasta cerca de S/. 2.5 por dólar americano en marzo de 2013, mientras que el banco debió comprar más divisas. El resultado fue una mala señal a los exportadores no tradicionales y afectó la competitividad de muchos sectores productivos internos. Luego sostuvo equivocadamente la paridad cambiaria alrededor de S/. 2.7 hasta julio de 2014 para luego dejar que se deslice un poco más. Para obtener este resultado el BCRP vendió US$ 14,755 millones de dólares hasta julio de 2015. Se han perdido muchas reservas antes que confluyan todos los nubarrones que se vislumbran. Por otra parte, la venta de divisas en 2014 impidió que el BCRP implante una política de reducción de la tasa de interés de referencia más intensa alimentando la recesión actual, ya que las políticas de reducción de encajes eran insuficientes.

El BCRP fue incapaz de validar su política de tasa de interés de referencia al no proporcionar la liquidez necesaria para que esta fuera similar a la tasa interbancaria en los últimos meses de 2014 y desde febrero a la fecha. También se negó durante dos años a aplicar límites a las operaciones cambiarias a futuro (forwards) de las instituciones financieras que eran un instrumento que se utilizaba activamente en Colombia. Ya se usa después de un conflicto con la Superintendencia de Banca y Seguros. Asimismo, la autoridad monetaria reconoce que el producto efectivo está por debajo del potencial pero las presiones inflacionarias (en particular la subyacente) en lo que va de 2015 están entre 3.3 y 4% anual, por encima del rango meta, incumpliendo su tarea básica. Lo anterior, antes que la depreciación cambiaria se traslade a los precios.

El BCRP nos hizo adictos a las divisas y ahora esta droga es escasa. Se están pagando en diferentes esferas los errores de su visión neoliberal de corto plazo. Las turbulencias internacionales e internas recién se reinician. Para colmo de males ya se comentó desde el ente emisor que estarían estudiando la posibilidad de comenzar a subir la tasa de interés de referencia. Un error tras otro. Esperemos que Dios nos agarre confesados.

Publicado en Diario Uno, 08 de setiembre 2015

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