¿Cuándo se enfrió la economía?

Por: 

Oscar Dancourt

“Hay una sensación de que estamos en recesión, pero no lo estamos” (La Republica, 28/10/19), ha declarado el presidente del Banco Central (BCR) al  presentar el Reporte de Inflación. La frase revela que se ha quebrado el consenso sobre la satisfactoria marcha de la economía que primaba en la escena política oficial; un daño colateral del conflicto entre parlamento y ejecutivo, entre fujimorismo y antifujimorismo, que ha terminado con la disolución del congreso. 

Este consenso, creado tras el ascenso al poder de Martin Vizcarra, ocultaba el estancamiento que sufre la economía del Perú urbano desde mediados de 2015 y legitimaba así las políticas monetarias y fiscales aplicadas por el BCR y el Ministerio de Economía (MEF) desde entonces.

Las alzas y bajas de la economía en su conjunto pueden capturarse, en principio, utilizando las cifras de empleo o las cifras de la producción. Como se muestra en el  Gráfico 1, si la economía urbana crece, medida por el PBI no primario que representa un 80% del PBI total, también crece el empleo urbano moderno en las empresas de 10 y más trabajadores, que representa un tercio del empleo urbano total. Y viceversa, si la economía se estanca o decrece, también lo hace el empleo urbano moderno o formal. 

Es claro, sin embargo, que desde mediados de 2015 hay una desconexión entre ambas series, pues el PBI no primario retoma un lento crecimiento mientras el empleo urbano se estanca o decrece. Esta desconexión, que también se registra en la recesión de fines de los 90, es la que explica mi preferencia por usar las cifras de empleo en vez de las de PBI. 

Si  juzgamos la situación macroeconómica, no por la evolución del PBI, sino por la trayectoria del empleo urbano moderno o formal (empresas de 10 y más trabajadores), según cifras del Ministerio de Trabajo, la conclusión es inescapable: la economía urbana (Lima y otras 29 ciudades) se enfrió desde mediados de 2015, como se puede apreciar en el Gráfico 1. Desde esa fecha, la creación de empleos urbanos modernos o formales es casi nula. 

Hace 4 años que el empleo urbano moderno está estancado o decrece. Desde mediados del 2015, el crecimiento del empleo urbano en las empresas con 10 y más trabajadores (MTPE) no supera el 1% anual o ha decrecido. El crecimiento del empleo urbano moderno durante 2003-2014 fue de un 4.3% promedio anual, alcanzando tasas por encima del 5% anual durante los periodos de auge, como 2005-08 y 2010-13. En el Gráfico 1, se puede observar también que el empleo urbano moderno se contrajo fuertemente en la recesión de fines de los años 90 y de manera breve y menos intensa en la recesión de 2008-09. Cabe mencionar que en 2015-2019 el empleo urbano moderno decreció durante más trimestres consecutivos que en la recesión de 2008-09.

Las cifras del INEI sobre la evolución del empleo en empresas de 11 y más trabajadores en Lima Metropolitana confirman la visión de una economía urbana que sufre un prolongado estancamiento, aunque que los datos del INEI se obtienen de una encuesta a hogares mientras que los del Ministerio de Trabajo tienen como fuente una encuesta a establecimientos o empresas. 

El Gráfico 2 muestra la evolución del empleo moderno en Lima Metropolitana desde 2001 hasta 2019, medido en miles de personas. Si nos guiamos por la línea roja continua, un promedio móvil de 12 meses, ya que las cifras mensuales son muy volátiles, el empleo formal en Lima se contrae desde mediados de 2016, cuando alcanzó un pico cercano a los 2 millones de personas. Cabe subrayar que la economía limeña creó unos 900 mil empleos modernos durante el periodo 2004-2016.  

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