¿Cuándo habrá un paquetazo para los pobres?

La pérdida de la confianza de un sector empresarial sobre el manejo económico del gobierno ha apurado, sin duda, la reacción del Ejecutivo a través de un “nuevo” paquete de medidas de corte tributario y laboral. En este caso analizamos las medidas tributarias. El ministro de Economía, Alonso Segura, afirma que estas medidas lograrán impulsar el crecimiento del PBI hasta el 6% hacia finales del 2015-2016. ¿Le creemos? Es difícil creerle a Segura dado las diferentes cifras que se manejan sobre el futuro del crecimiento económico. ¿Cuál será el impacto del nuevo paquete del Ejecutivo?

“Estamos poniendo más plata en el bolsillo de la gente” es la frase que más repitió el Ministro de Economía durante su exposición del miércoles. No es casual su preocupación. Un estudio realizado en octubre muestra un fuerte retroceso en los indicadores del Índice de Confianza del Consumidor, que cayeron a su nivel más bajo desde mayo. Hoy, 4 de cada 10 peruanos afirma que sus ingresos no les alcanzan para vivir mientras que, solo el 33% de familias peruanas, estiman una mejora en la situación económica de sus hogares para los próximos doce meses.

El Ejecutivo apunta a mejorar las expectativas de la gente, pero solo incentivando el gasto y el consumo de un sector de la población a través de la reducción del Impuesto a la Renta (IR) tanto a las personas como las empresas desde el 2015. El IR a las personas lo pagan quienes ganan un salario mayor a S/. 2000, y se dice que se rebajaría el impuesto a quienes ganan hasta S/. 4000. Pero la verdad, dado que el IR se paga por tramos de ingreso, es que beneficiaría todos los que ganan encima de 2,000 sin límites, es decir, hasta los que ganan muchos miles, que también en este tramo entre 2,000 a 4,000 soles verían reducida su tributación. Además, los peruanos que pagan IR como personas naturales son una minoría, algo más de un millón de personas o el 6% de la PEA.  Esta medida no beneficiaría pues a la gran mayoría de peruanos. En cambio, elevar el salario mínimo, estancado hace dos años y el segundo más bajo en América Latina, de  S/.750 mensuales hasta un rango de S/.850 soles por ejemplo, tendría un impacto positivo sobre un número mucho mayor de trabajadores y sus respectivas familias. Un aumento de salarios para los peruanos más pobres, que son alrededor del 18% de la PEA ocupada en el Perú, ayudaría a sostener la demanda agregada interna del país. ¿Por qué no lo hacen es la GRAN pregunta que sigue sin respuesta?

En tanto, también se anunció el recorte al IR de tercera categoría, que grava a las ganancias de las empresas, que pasará de una tasa  actual de 30% hasta un 28% en el 2015, 27% en el 2017 y 26% en el 2019. Esta medida es, sin duda, un guiño a los empresarios, que ya le venían bajando el dedo a la gestión en materia económica del gobierno. Esta disposición añade ganancias a los empresarios, a quienes no les ha ido del todo mal, pero no asegura bienestar para los trabajadores. 

Finalmente, si bien el gobierno intenta incentivar la demanda con algunas políticas contracíclicas para incentivar el consumo, el impacto no sería sostenible sino se realizan cambios de fondo diversificando la estructura económica del país dependiente de los precios altos de las materias primas, con un aumento progresivo de salarios, con salud y educación de calidad. ¿En qué quedó el plan para industrializar al país? ¿Por qué no se fortalecen las empresas nacionales y se opta por privatizarlas? Insistimos en que el gobierno sigue sin anotar soluciones a los problemas de fondo, ¿hasta cuándo?.

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